Cubanos famosos y a la vez desconocidos
Una cubana amamantó a Bolívar,
otro se convirtió en yerno de Carlos Marx, un tercero trabajó codo a
codo con Gustavo Eiffel (el de la torre) y el himno nacional de
Guatemala fue escrito por José Palma, oriundo de la provincia de Bayamo,
en el oriente de la isla.
Hace pocos días, el periódico Juventud Rebelde
(JR) publicó un artículo en el que recoge los nombres de una serie de
cubanos prácticamente desconocidos y que, sin embargo, han estado en
lugares claves en momentos importantes de la historia mundial.
Así,
la prensa de la isla recordó que fueron cubanos Manuel del Socorro
Rodríguez, fundador del primer periódico de Bogotá; Ramón Roa,
secretario del presidente argentino Faustino Sarmiento y que el famoso
pirata Diego Grillo nació en La Habana.
Aseguran que el corsario –un mulato hijo de
padre español y madre africana- se convirtió en almirante británico. Sin
embargo, otras fuentes sostienen que se desconoce si "Dieguillo" murió a
manos de los españoles o disfrutando su fortuna en Inglaterra.
La rigurosidad histórica en los datos sobre
algunos de estos personajes es cuestionable pero eso no impide que los
lectores cubanos se deleiten ante semejante presencia internacional. En
Cuba pueden escasear muchos productos pero la autoestima no es uno de
ellos.
Una cubana amamantó a Bolívar
"Fue ella (Doña Inés) la que en mis primeros meses me arrulló en su seno"
Carta de Simón Bolivar, citada por un periodista cubano
Cuentan que la madre de Simón Bolívar estaba
enferma de tuberculosis y no podía amamantar a su hijo. Acudieron
entonces a Inés Mancebo, por lo que el primer alimento que recibió el
Libertador provino de los pechos de una cubana.
El plan era que Simoncito recibiera la leche de
la esclava Hipólita pero esta no había parido aun, así que recurrieron a
su amiga Inés, una santiaguera casada con Fernando de Miyares, quien
luego se convertiría en Gobernador General de Venezuela.
Algunos venezolanos cuestionan esta versión a
pesar de que la propia Presidencia de la República de Colombia la
confirma. Además un periodista cubano cita al propio Bolívar asegurando
que Doña Inés "me alimentó como madre".
Se trata de una carta del Libertador en la que
le pide a un subalterno que la proteja porque "fue ella la que en mis
primeros meses me arrulló en su seno. ¿Qué más recomendación que ésta
para el que sabe amar y agradecer como yo?".
Los yernos
Pablo Lafargue fue un mulato santiaguero que
conoció a Carlos Marx y se convirtió en su seguidor pero el alemán le
escribió a su amigo Federico Engels que "el muchacho empezó a
encariñarse conmigo, pero pronto traspasó el cariño del padre a la
hija".
El joven terminó casándose con su hija y
escribió un libro muy tropical, "El derecho a la pereza", que la prensa
cubana describe como "uno de los más difundidos de la literatura
socialista mundial", aunque semejante valoración parece un tanto
exagerada.
Otro yerno famoso fue Pedro Antonio Santacilia,
también santiaguero. Se casó con la hija del prócer mexicano Benito
Juárez, a quien había conocido en Nueva Orleans, tras fugarse de España,
donde fue deportado por sus actividades contra la metrópoli.
Durante la lucha contra la invasión francesa a
México, el cubano se quedó en Estados Unidos cuidando a la familia del
Benemérito y enviando armas a los patriotas. Posteriormente trabajó
junto a su suegro en la reconstrucción y fue elegido siete veces
diputado federal.
Je suis cubaine
En febrero, en la celebración del 110º
aniversario de las relaciones entre Francia y Cuba, se presentó un libro
del francés Paul Estrade, dedicado a Severiano de Heredia, un mulato
cubano que fue alcalde de París y Ministro de Obras Públicas en el siglo
XIX. Dicen que algún medio de Francia lo llamó "el negro del Elíseo".
Un periódico de Cuba asegura que el habanero
Guillermo Pérez Dressler ayudó a Gustavo Eiffel en la construcción de su
torre y se convirtió en su mano derecha, al grado de "corregir varios
diseños". Sin embargo, es muy probable que la historia sea totalmente
falsa.
Lo que si es cierto es que en 1959 emigró desde
el barrio habanero de Marianao María Teresa Mestre. La joven estudió en
Suiza, donde se enamoró de uno de sus compañeros, el Gran Duque Heredero
de Luxemburgo. En 2000, la cubana se convirtió en monarca de ese país.
Un par de años después visitó La Habana con sus cinco hijos y expresó que "hay algo muy fuerte que he descubierto y se llama cubanía,
un sentimiento que, cuando uno crece en una familia cubana, no se
pierde nunca. Aunque no vivan en Cuba, crecen con Cuba, comen cubano,
hablan cubano, sienten cubano y el corazón late cubano".
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