Cómo influye cómo contamos con los dedos a la hora de calcular
Según la investigadora, el sistema europeo para contar con las manos es uno de los peores.
Lo invito a hacer un
experimento. Sin detenerse a pensar, deje de leer por un segundo y
cuente hasta diez con los dedos de las manos.
¿Cómo lo hizo?
Si
usted es de algún país de Europa o América Latina, muy probablemente
haya empezado con el puño cerrado, estirando primero el pulgar y luego
los demás dedos en sucesivo orden, aunque también hay quienes empiezan
con el índice.
Si en cambio usted creció en Medio Oriente,
probablemente haya empezado con el puño cerrado e iniciado la
enumeración con el dedo meñique.
En el caso de que sea ciego o sordo de
nacimiento, es probable que pueda contar con los dedos sin problemas,
pero que haya tenido dificultades para aprender a hacerlo.
Y, si por una de esas casualidades -muy poco
probables, por cierto- es usted un lector nacido en la cordillera
central de Nueva Guinea, si le hubiese pedido que cuente hasta veinte,
seguramente se habría valido del codo, los hombros o la cabeza para
representar los números por arriba de la decena.
Aunque contar con las manos nos parezca una de
las cosas más naturales del mundo, la forma en que lo hacemos, lejos de
ser innata e universal, está determinada por las convenciones culturales
del lugar en que nacemos, señala un estudio publicado recientemente por
Andrea Bender y Sieghard Beller, investigadores de la Universidad
Albert Ludwigs de Alemania.
Y la técnica que empleamos, añaden, hace que seamos más o menos eficientes a la hora de hacer cálculos.
Una mano para contar hasta veinte
"La manera en la que contamos puede afectar la
forma en que pensamos los números", le dijo Bender a BBC Mundo. "No iría
tan lejos como para afirmar que pertenecer a una u otra cultura nos
hace ser mejores o peores en matemáticas, pero sí creo que para ser
bueno en esta disciplina, ayuda utilizar un sistema eficiente para
contar con los dedos", agrega.
"Durante mucho tiempo se asumió que todas las ideas, los conceptos o los procesos cognitivos son universales, pero eso no es cierto, la cultura tiene una gran influencia en cómo pensamos y percibimos las cosas"
Andrea Bender, coautora del estudio
En opinión de la investigadora, el sistema europeo es uno de los peores.
"A la hora de sumar 25 más 33, por ejemplo, el
método simple que usa diez dedos para representar los números, no sirve
para mucho, y tienes que hacer el cálculo mentalmente. Es eficiente si
necesitas sumar 3 más 4, pero generalmente no necesitas los dedos para
hacer eso", explica Bender.
En cambio, técnicas como las que se enseñan en
las escuelas de India, que dividen el dedo en cuatro partes para
representar los números y por tanto permiten contar hasta veinte con una
sola mano, son mucho más efectivas para memorizar y hacer operaciones
numéricas.
Otro de estos métodos que permiten calcular
números grandes, es el que antiguamente se usaba en China. "Con el viejo
sistema, se podía contar hasta 100.000 usando una sola mano. Era
similar al de las escuelas indias, pero los dedos de la mano se dividían
en once partes".
Según Bender, la diversidad que existe en las técnicas manuales para contar y su significancia, ha sido subvalorada.
"Durante mucho tiempo se asumió que todas las
ideas, los conceptos o los procesos cognitivos son universales, pero eso
no es cierto, la cultura tiene una gran influencia en cómo pensamos y
percibimos las cosas", señala Bender, y analizar estas técnicas nos
permitirá entender mejor el rol de la cultura en los procesos cognitivos
y en particular en la aritmética.
Y si lo que se quiere es mejorar la capacidad de
entender y procesar mentalmente las operaciones matemáticas, no está
demás aprender otros métodos, dice la investigadora.
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