A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

domingo, 16 de diciembre de 2012

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Paloma O'Shea: «No estoy dispuesta a bajar la calidad. Antes cierro»


La directora de la Escuela Superior de Música Reina Sofía habla con ABC sobreel incierto futuro de esta institución educativa de alto nivel y reclama que no se demore más la Ley de Mecenazgo

El anuncio hace unas semanas de la inauguración de un nuevo curso de la Escuela Superior de Música Reina Sofía sirvió a Paloma O’Shea, su directora, como excusa para hablar del incierto futuro que se cierne sobre la institución, que no ha permanecido ajena a los efectos de la crisis. La bajada del patrocinio privado (5%) y la disminución «sin previo aviso» del apoyo de las administraciones públicas (en los últimos años ha pasado de un 13% al actual 6%) ponen en riesgo mantener el mismo nivel de calidad, que ha sido su santo y seña durante estos años. Algo que podría desembocar, si la situación no cambia, en un futuro cierre de la Escuela.
«En realidad, yo me refería, no solo a la Escuela, sino a todas las instituciones que hacemos cultura y educación desde el mundo privado –explica Paloma O’Shea a ABC en su despacho de la Fundación Albéniz, de la que depende la escuela–. Si quieres tener lo mejor, tienes que contratar con años de antelación, y no se puede trabajar seriamente cuando tus socios te dicen de un día para otro que ellos no pueden cumplir su parte. Hablé de cerrar, evidentemente, si me veo ante la imposibilidad de ofrecer la enseñanza de calidad que estamos obligados a ofrecer. Ya hemos reducido todos los gastos posibles; reducir más atentaría contra la calidad de la enseñanza y a eso sí que no estoy dispuesta. Antes cierro la Escuela. Tenga en cuenta que esta Escuela está especializada en dar salida a los chicos con talento excepcional y solo puede funcionar con la máxima calidad».
–También ha pedido al Gobierno que no demore más la aprobación de la Ley de Mecenazgo. ¿Esta ley salvaría a la Escuela?
–No sé si la salvaría, pero el hecho es que la Ley de Mecenazgo es una asignatura pendiente de este Gobierno. También de todos los anteriores, que la anunciaron todos y no la hizo ninguno, pero de este Gobierno más si cabe, porque preconiza un modelo liberal de gestión de la cultura y eso es imposible si no se proporcionan los instrumentos adecuados. El Gobierno sigue teniendo la responsabilidad de que el sector de la cultura funcione bien. Y no olvidemos que la cultura representa un 4 por ciento del PIB.
–La Fundación Albéniz ha sido un ejemplo a la hora de buscar dinero privado durante dos décadas. ¿La aprobación de la ley supondría un paso hacia la ampliación de la institución?
–De lo que se trata ahora es de tener el instrumento legal que nos facilite la tarea de sustituir en parte la aportación del Estado, que ha dejado de ser significativa. Es una necesidad de primera instancia, de supervivencia, para muchas instituciones. Por otra parte, hablando en términos generales, una Ley de Mecenazgo, si está bien hecha, será un instrumento magnífico para que crezca todo el sector de la cultura.
–El secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, señala al Ministerio de Hacienda como responsable de la paralización de la ley. Ante la crítica situación económica que atraviesa España parece inevitable que no se considere a la Cultura una prioridad.
–Si lo que pretendemos es arreglar el país a medio y largo plazo, la Ley de Mecenazgo se traduciría en algo muy positivo para las cuentas del Estado, porque se dinamizaría el sector y aumentaría la actividad y la recaudación, como se ha comprobado en otros países de nuestro entorno que han tenido la valentía de dar este paso. Y si existen prevenciones de carácter económico por parte del Ministerio de Hacienda, lo que creo hay que hacer es ponerse a trabajar. Ver cómo articular la Ley de tal forma que su impacto no vaya más allá de lo aconsejable. Hay que trabajar en definir el alcance de la Ley, establecer topes, decidir qué tipo de instituciones pueden acceder a ella en función de la rentabilidad social que produzcan... Hay muchas maneras de asegurarse que el resultado final de la Ley resulte beneficioso, y no gravoso, para el Estado.
–El abuso del dinero público, la llamada cultura de la subvención, ¿se ha convertido en su propio verdugo al no ser capaces de generar otros instrumentos de financiación?
–Yo creo que en España no ha habido nunca una cultura de la subvención tal como usted la plantea. Al menos en el sector de la música. Al contrario, la subvención ha sido más bien escasa. En la Fundación Albéniz, la participación del Estado no ha pasado nunca del 13 por ciento, en los momentos de bonanza. Y le puedo asegurar que, en cualquier otro país europeo, un proyecto como este habría tenido un 25 o un 30 de apoyo público. Eso, por no hablar de los centros análogos al nuestro en Barcelona o el País Vasco, la Esmuc y Musikene, en los que el Estado, en este caso el Gobierno utonómico, asume el cien por cien del proyecto.
–Cuando se habla de mecenazgo se piensa siempre en las grandes fortunas. ¿No cree que sería necesario también concienciar al ciudadano de que debe contribuir?
–El pueblo español ha sido siempre generoso en líneas generales y en la medida en que ha podido. Y tradicionalmente, en los últimos tres siglos, la verdad es que ha podido muy poco, por la escasez objetiva de recursos. Quizá por eso, no lo sé, carecemos de una tradición en este sendito como la que existe en Estados Unidos o en el mundo anglosajón en general. Pero, en términos absolutos, yo diría que el espíritu de solidaridad de los españoles es muy alto.
–En España, aunque lentamente, está empezando a cobrar fuerza el crowdfunding/micromecenazgo. ¿Qué opinión le merece este sistema de financiación?
–Cualquier fórmula nueva de financiación tiene importancia, y más si se desarrolla en la red, en la aldea global, pero ese tipo de movimientos yo los veo más apropiados para proyectos específicos, con fines muy concretos y no tanto para proyectos como este, de dar cauce a los jóvenes músicos con talento diferencial.

Buenos profesores para formar grandes músicos

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China: cuatro detenidos por anunciar el fin del mundo


La policía china arrestó a cuatro personas acusadas de propagar rumores que anunciaban el fin del mundo.
Todos fueron detenidos en el municipio suroccidental de Chongqing por usar un altavoz y distribuir folletos que anticipaban el fin del mundo a finales de este mes.

Los rumores de que el mundo se acabará el 21 de diciembre 2012 - sobre la base de una interpretación del calendario maya - se han extendido ampliamente en las redes sociales chinas, a pesar de haber sido desmentidos varias veces.

Los medios estatales dicen que las autoridades han lanzado una campaña contra los alarmistas, a los que también acusa de querer la caída del Partido Comunista.

La policía -según informa la agencia de noticias china Xinhua- emitió un comunicado en el que afirma que los residentes locales deben cumplir con la ley y abstenerse de difundir rumores del fin del mundo. Además, dice que castigará a quienes difundan rumores con el fin de causar problemas, estafar a otros o perturbar el orden social.

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El padre del "artefacto más mortífero" de la historia


James Buchanan Duke
James Duke, fumador de puros, fue pionero en la comercialización del cigarrillos.

¿Puede culparse a James Buchanan Duke (1856-1925), pionero en la fabricación y distribución de los cigarrillos industriales, por las innumerables muertes que este producto ha causado?
Cuando el famoso cirujano estadounidense Alton Ochsner (1896 - 1981) estudiaba medicina en 1919, su clase fue convocada a observar la autopsia de una víctima de cáncer de pulmón.
En ese tiempo, la enfermedad era tan rara que para los alumnos era una oportunidad en un millón.
Cigarrillo
Se calcula que el cigarrillo mató a cerca de 100 millones de personas en el siglo XX.
Sin embargo hasta el año 2000, alrededor de 1,1 millón de personas morían anualmente por esta enfermedad. El 85% de los casos tenían una misma causa: el tabaco.

"El cigarrillo es el más mortífero artefacto en la historia de la civilización humana", dice Robert Proctor, de la Universidad de Stanford. "Mató a cerca de 100 millones de personas en el siglo XX".

Jordan Goodman, autor de "Tabaco en la historia", afirma que como historiador se cuida de señalar individuos, "pero en el caso del tabaco puedo decir con seguridad que James Buchanan Duke -también conocido como Buck Duke- fue el responsable del fenómeno de siglo XX conocido como cigarrillo".
Duke no sólo ayudó a crear el cigarrillo moderno, también fue pionero en los métodos de comercialización y distribución que lo catapultaron al éxito en todos los continentes.

De la mano a la máquina

En 1880, a la edad de 24 años, Duke entró en lo que era entonces un nicho en el negocio del tabaco: los cigarrillos enrollados. Un pequeño grupo en Durham, Carolina del Norte, EE.UU., enrollaba a mano los cigarrillos "Duque de Durham", y retorcía los extremos para sellarlos.

Dos años más tarde Duke vio una oportunidad. Comenzó a trabajar con un joven mecánico llamado James Bonsack, quien dijo que podía mecanizar la fabricación de cigarrillos. Duke estaba convencido de que la gente preferiría fumar esos cigarrillos prolijamente enrollados, hechos a máquina y perfectamente simétricos.

La máquina de Bonsack revolucionó la industria del cigarrillo.
Máquina para fabricar cigarrillos
"Producía un cigarrillo de longitud infinita, cortado en los largos adecuados por tijeras giradoras", explica Robert Proctor en conversación con la BBC.
Los extremos abiertos significaban que tenía que ser "rellenados con aditivos químicos". Añadieron azúcar, glicerina y melaza, y productos químicos para evitar que se resecara.

Pero mantener húmedos los cigarrillos no fue el único desafío que le presentó el antiguo artilugio de Bonsack a Duke.

Mujeres, a fumar!

El Doctor Robert K. Jackler de la Universidad de Stanford explica cómo se empezó a incitar a las mujeres a fumar en los comienzos del siglo XX:
La industria tenía un problema. No podía invitar a las mujeres a fumar a través de la publicidad, tenían que provocar un cambio cultural.
Una mujer fumando en una esquina era señal de prostitución. Una mujer fina nunca fumaría en público.
Edward Bernays - quien formó parte de la familia de Sigmund Freud - fue contratado por la compañía American Tobacco para crear una estrategia de relaciones públicas que permitiera fumar a las mujeres.
A finales de los años 20, por ejemplo, pagaron a un grupo de mujeres para que marcharan por la Quinta Avenida en Nueva York en el desfile de Semana Santa, blandiendo sus "antorchas de libertad": los cigarrillos. Y esto se convirtió en símbolo de la emancipación de las mujeres.
Mientras las operarias de las fábricas enrollaban alrededor de 200 cigarrillos por turno, la nueva máquina producía 120.000 cigarrillos al día, aproximadamente una quinta parte del consumo de EE.UU. en ese momento.

"El problema era que estaba produciendo más cigarrillos de los que podía vender", dice el historiador Goodman. "Tenía que encontrar la manera de captar este mercado".

La respuesta estaba en la publicidad y el mercadeo. Duke patrocinó carreras, ofreció cigarrillos gratuitamente en concursos de belleza y colocó anuncios en las nuevas glossies, las primeras revistas de moda ilustradas.
Sólo en 1889 se gastaron US$800.000 en la comercialización (aproximadamente US$25 millones en dinero actual).

Bonsack retuvo la patente de su máquina, pero en señal de agradecimiento por el apoyo que brindó Duke a su desarrollo, le ofreció un descuento del 30% sobre el contrato de arrendamiento.
Esta ventaja competitiva, junto con una vigorosa promoción, fue clave para el éxito precoz de Duke.
Como había sospechado, a la gente le gustaron los cigarros industriales. Tenían un aspecto moderno y más higiénico, algo que destacó en una campaña contra los cigarros, que eran fabricados a mano y con saliva.

Cigarrillos "saludables"

Pero a pesar de que el consumo de cigarrillos se cuadruplicó en 15 años en EE.UU., hacia 1900 seguía siendo un nicho de mercado. La mayor parte del tabaco se masticaba o fumaba en pipas y puros.

Duke –él mismo fumador de cigarros– vio el potencial de consumo de los cigarrillos en lugares reservados para cigarros y pipas, como salones y restaurantes. La facilidad con la que podían prenderse y permanecer encendidos, a diferencia de las pipas, eran una ventaja para los breves momentos de descanso en la vida urbana moderna.

"El cigarrillo fue realmente utilizado de una manera diferente", dice Proctor. "Por ser más suave, supuestamente".
"Y esta es una de las grandes ironías, que se creía ampliamente que los cigarrillos eran más seguros que los cigarros, ya que son 'sólo puros más pequeños', ¿no?".

Inventores de la muerte

  • El rifle de asalto AK-47, más conocido como Kalashnikov, es el arma de fuego más popular del mundo. Se calcula que hay hasta 100 millones de AK-47 en circulación, pero su creador, Mikhail Kalashnikov (izquierda), lamenta que se haya convertido en el arma preferida por milicias de todo el mundo. "No son los diseñadores los que deben cargar con la resposabilidad por el uso de las armas, son los gobiernos los que deben controlar su producción y exportación", dice.
  • J. Robert Oppenheimer (centro), junto a Enrico Fermi, es conocido como el "padre de la bomba atómica" por su rol en el Proyecto Manhattan, el programa estadounidense de la Segunda Guerra Mundial que desarrolló las primeras armas nucleares. Después de la guerra, se convirtió en máximo asesor de la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos, y presionó para que el control internacional evitara la proliferación nuclear.
  • El químico sueco Alfred Nobel patentó la dinamita y la gelignita. En 1888, cuando un diario francés publicó accidentalmente su obituario, Nobel leyó: "El mercader de la muerte ha muerto... El doctor Alfred Nobel, que se hizo rico al encontrar formas de matar más gente y más rápido que nunca antes, murió ayer". Se cree que esto lo motivó a destinar U$2,69 millones (U$301 millones en dinero actual) a la creación de los Premios Nobel. Murió en 1896.
Ahora sabemos que los cigarrillos son mucho más adictivos que los cigarros. El hecho de que el humo se inhala –algo que no es común con los cigarros– también los hace más peligrosos. Sin embargo, no se lo asoció con el cáncer de pulmón hasta la década de 1930 y la relación causal no se estableció hasta 1957 en el Reino Unido y en 1964 en los EE.UU..

De hecho, los cigarrillos fueron promocionados como beneficiosos para la salud. Hasta 1906 aparecían en enciclopedias farmacéuticas y los médicos los prescribían para la tos, los resfriados y la tuberculosis (una enfermedad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ahora víncula con el tabaco).
Hubo un movimiento anti-tabaco en el año 1900, pero sus reparos tenían más que ver con la moralidad que con la salud. El aumento del tabaquismo entre las mujeres y los niños alimentaba la preocupación sobre la decadencia moral de la sociedad. Entre 1890 y 1927, los cigarrillos fueron prohibidos en 16 estados de EE.UU..

Producto universal

Los números del humo letal

El tabaco causa alrededor de una muerte por millón de cigarrillos fumados.
Un contenedor de 12 metros puede llenarse con 10 millones de cigarrillos, o sea que cada contenedor puede causar unas 10 muertes.
Una fábrica como la de Hongta en Yuxi, China, genera 25.000 o 30.000 muertes por cáncer de pulmón por año, y aproximadamente el doble por otras enfermedades.
Los fabricantes de cigarrillos ganan alrededor de U$0,016 por cada cigarrillo que se vende, lo que significa que el valor de una vida para ellos representa unos U$10.000.
Robert N. Proctor, en "Historia del descubrimiento del cigarrillo".
Duke comenzó entonces a mirar al exterior. En 1902 formó la British American Tobacco con su rival transatlántico, Imperial Tobacco.
El envasado y la comercialización se ajustaban a los diferentes consumidores, pero los cigarrillos eran básicamente los mismos. Más de una década antes de la creación del Ford Modelo T -el automóvil que introdujo la producción en cadena- Duke tenía un producto universal.

"La globalización con la que estamos familiarizados a través de McDonalds y Starbucks fue precedida por Duke y el cigarrillo", dice el historiador Goodman, consultado por la BBC.

El alcance mundial de los cigarrillos se sigue extendiendo en la actualidad. Aunque el tabaquismo está en declive en muchos países occidentales, la demanda en los países en desarrollo aumenta en un 3,4% al año, lo que lleva a un crecimiento global del consumo de cigarrillos.

La OMS advierte que si no se toman medidas preventivas, 100 millones de personas morirán a causa de enfermedades relacionadas con el tabaco durante los próximos 30 años, más que de SIDA, tuberculosis, accidentes de tráfico y suicidios combinados.

Pero, ¿podemos culpar a Buck Duke por eso? Después de todo, nadie está obligado a empezar a fumar, aunque resulte difícil abandonar el hábito una vez adquirido.
En un ensayo reciente publicado en la revista Tobacco Control, Robert Proctor argumenta que muchas personas en la industria del tabaco comparten la responsabilidad.

El nacimiento de la globalización

Se dice que Buck Duke señaló a China en un mapa del mundo y dijo "Aquí es donde construiremos un imperio".
James Thomas fue el encargado de esta misión. Hasta que la compañía tuvo que abandonar el país en 1952, la cuota de mercado de la British American Tobacco no bajó de 50%.
Thomas fue gratificado con un salario de entre U$60.000 y U$100.000 en 1912 (unos U$1.4 millones actuales).
Al principio los cigarrillos eran importados desde Estados Unidos, pero la manufactura se trasladó pronto a China.
Según Howard Cox, de la Universidad de Worcester, este traslado de la tecnología de producción en lugar del producto en sí marca el cambio entre el comercio colonial y la actual era de globalización y corporaciones multinacionales.
Thomas tuvo su propio equipo de vendedores estadounidenses, pero también se asoció con firmas chinas para distribuir su producto.
Esto es normal hoy en día para las empresas internacionales que quieren incursionar en el mercado chino.
"Tenemos que darnos cuenta que los anuncios pueden ser cancerígenos, además de las tiendas y farmacias que venden cigarrillos. Los ejecutivos que trabajan para las compañías de cigarrillos causan cáncer, al igual que los artistas que diseñan sus paquetes y las compañías de relaciones públicas y publicidad que gestionan sus cuentas", afirma Proctor.

"El gran problema del siglo XX"

Los argumentos de las demandas que han tenido éxito contra grandes tabacaleras sostienen que las empresas conocían los efectos perjudiciales de sus productos, pero no hicieron nada al respecto.
Sin embargo, Buck Duke, quien murió en 1925, no lo sabía.

"No quisiera culparlo por el consumo de cigarrillos", dice su biógrafo Bob Durden, que se apresura a señalar los rasgos positivos del carácter de Duke. "Era muy trabajador. Amaba su trabajo".

Entre sus buenas obras están los más de 100 millones de dólares que donó al Trinity College en Durham, que pasó a llamarse Universidad de Duke en 1924 (en honor a James Buchanan Duke y a su padre, Washington Duke, otro benefactor).

Pero si no fuera por Buck Duke, ¿estarían los estadounidenses mascando tabaco aún hoy? ¿Tendrían escupideras en la puerta los bares deportivos modernos?

Goodman cree que el mundo se dirigía inevitablemente hacia la producción de cigarrillos mecanizada. La máquina de Bonsack no fue el único prototipo, y si Duke no hubiera aprovechado la oportunidad, otro empresario lo habría hecho.

"Duke fue un héroe y un villano, supongo. Un héroe por cómo entendió el mercado, la psicología humana, los precios y la publicidad" dice Goodman.

Sin embargo, a pesar de sus grandes logros como arquitecto de la producción en masa y la globalización, su leyenda seguirá siendo eclipsada por su controvertida creación.

"Hizo que el mundo entero fumara cigarrillos", concluye Goodman. "Y ese ha sido el gran problema del siglo XX."

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¿Cambiará la ley de armas en Estados Unidos?

 Domingo, 16 de diciembre de 2012

Armas de fuego
El apoyo a mayores restricciones a la tenencia de armas ha disminuido en los últimos años.
El tiroteo en el colegio de Connecticut horrizó a Estados Unidos. Pero ¿qué impacto, si tiene alguno, tendrá en la legislación armamentística del país?
Incluso en una nación con un largo y familiar historial de masacres con armas de fuego -Columbine, Virginia Tech, Aurora, Jonesboro y muchos otros-, las muertes en la escuela elemental Sandy Hook tienen un efecto impactante.
Veinte niños y seis adultos murieron. Un pistolero que irrumpió en la escuela les quitó la vida y terminó con la suya.
La tragedia reabrió el debate acerca de las leyes sobre tenencia de armas de fuego en la nación y aquellos que secundan una reforma han exigido mayores controles.

En números

Tras el tiroteo, un emotivo presidente Barack Obama prometió "acciones significativas", añadiendo: "Como país hemos pasado por esto muchas veces".
Según un estudio defundido en julio de 2012 por el portal Mother Jones, de 62 asesinatos masivos llevados a cabo en Estados Unidos desde 1982, tres cuartos de las 139 armas usadas por los responsables fueron adquiridas legalmente. De ellas, más de 60 eran pistolas semi-automáticas y más de 30 eran armas de asalto.
Pero en un país con un total de 300 millones de armas estimadas, donde el derecho a portar armas se menciona en la constitución, los defensores de mayores controles armamentísticos dudan que el cambio esté próximo.
El apoyo público a una legislación más estricta ha disminuido en años recientes, junto con los niveles generales de crimen violento.
Esta es, en definitiva, una nación donde la Asociación Nacional del Rifle (NRA) cuenta con más de cuatro millones de miembros. Según Small Arms Survey, en 2007 habían 88,8 armas de fuego entre cada 100 estadounidenses.
Por otra parte, tanto la ley como la política estadounidense se han estado alejando de los que apoyan mayores controles, dice James Jacobs, director del Centro para Investigación en Crímen y Justicia de la Universidad de Nueva York.
"Toda la política de los últimos 20 años ha sido dirigida a los defensores de los derechos de los dueños de armas", explicó.

Derecho por ley

Obama
Obama prometió "acciones significativas" tras lo sucedido.
La Corte Suprema decidió en 2008 que la segunda enmienda de la constitución estadounidense dé a los ciudadanos el derecho a poseer armas de fuego para uso personal, más que sólo para proteger el derecho colectivo de los estados a mantener milicias.
La Cámara de Representantes está actualmente controlada por el partido republicano, que tiene fuertes vínculos con la NRA. El presidente republicano George W. Bush permitió que caducase una prohibición de las armas de asalto en 2004.
Mientras tanto, reacciones contra políticos demócratas que aprobaron leyes de control de armas en 1993 y 1994 asustan a los candidatos de la centro-izquierda a la hora de ser más claros sobre el asunto, dice Kristin Goss de la Universidad de Duke.
"Los demócratas creen que no es un tema ganador", añade.
Como resultado, el derecho a portar armas fue apenas un tema de debate durante las elecciones de 2012, aparte de cuando el presidente Obama reafirmó su apoyo a la prohibición de las armas de asalto en respuesta a una pregunta realizada durante uno de los debates presidenciales.
Otros países han respondido a este tipo de masacres y tiroteos endureciendo las leyes que regulan la posesión de armas.
El acceso a las armas de fuego en países como Reino Unido se limitó tras la masacre de Hungerford en 1987, y las armas de fuego fueron efectivamente prohibidas tras el tiroteo de una escuela en Dublane en 1996.
Australia ha introducido una nueva ley de armas después de la muerte a tiros de 35 personas en Port Arthur, Tasmania.
En Finlandia, que tiene una de las regulaciones de armas más relajadas y que cuenta con un álto índice de posesión de armas de fuego, se establecieron restricciones en permisos de armas después de que un tiroteo en una escuela dejara un balance de 11 muertos.
Pero no todas estas atrocidades han desencadenado la misma respuesta. En Noruega, donde las restricciones de armas ya eran fuertes, no se endurecieron las leyes de armas después de los ataques perpetrados por Anders Behring Breivik en 2011.

Obstáculos

Ciertamente, en Estados Unidos, los tiroteos anteriores (hubo 13 ataques de este tipo en 2012, según The Washington Post) no han logrado que se produjese ningún cambio.
La escala y naturaleza de la masacre de Connecticut, sin embargo, puso al control de armas de nuevo en la agenda, de un modo que otras tragedias no lo hicieron.

Masacres en Estados Unidos

  • 1984: James Oliver Huberty mata a tiros a 21 personas en un McDonalds en California.
  • 1986: el cartero Pat Sherill mata a 14 personas en una oficina de correos de Oklahoma.
  • 1991: George Hennard mata a 23 personas en una cafetería de Texas.
  • 1999: dos estudiantes del instituto de Columbine matan a 13 personas y hieren a 20 antes de suicidarse.
  • 2007: un estudiante mata a 32 personas y hiere a docenas en la Universidad tecnológica de Virginia.
  • 2009: 13 personas mueren en un tiroteo masivo en la base militar de Ford Hood en Texas.
  • 2012: James Holmes mata a 12 personas y hiere a 58 en un cine en Aurora, Colorado.
Asimismo, los liberales esperan que el nuevo mandato del presidente, tras su reelección, le dé mayor confianza para hablar del asunto.
Aunque no imposible, todavía queda lejana una nueva legislación sobre la tenencia de armas, opina Robert Spitzer, profesor de la Universidad estatal de Nueva York y autor de 'Políticas de control de armas'.
"La gente está realmente impactada por esto", añade. "Obama está en posición de ejercer algún liderazgo en este tema. Pero es muy difícil para mí imaginar que el nuevo congreso apruebe una nueva ley sobre armas".
Incluso si el presidente tomara la iniciativa, dice, encontraría barreras institucionales en el camino.
El sistema estadounidense implica que mucha de la legislación sobre armas es definida por los estados más que por el gobierno federal. Connecticut cuenta con unas restricciones relativamente fuertes para los estándares del país.
También habría que superar toda una serie de limbos legales. La ley Brady, firmada por el presidente Bill Clinton en 1993, requiere que se compruebe el pasado de los compradores de armas, para evitar que las adquieran personas con registros criminales o historiales de enfermedad mental.
Pero el 40% de las ventas de armas no están sujetas a esta legislación porque tienen lugar entre individuos particulares, incluyendo ferias de armas o a través de internet.

Problema "clínico"

Masacre Connecticut
Estados Unidos llora este domingo als muertes de niños en la masacre de Connecticut. 

Incluso cuando se realizan estas comprobaciones éstas no son del todo rigurosas.

Jared Loughner, quien hirió a la congresista estadounidense Gabrielle Giffords y mató a seis personas durante un tiroteo en 2011 en Arizona, compró una pistola Glock 19 a pesar de haber tenido altercados con la policía y ser expulsado de la universidad por su comportamiento errático.
Aún así nunca fue encarcelado o se le realizó un examen mental.
Los defensores de la tenencia de armas argumentan que la respuesta está en el área clínica, no en nuevas regulaciones.
"Creo que es más un problema de salud mental que un problema de control de armas", asegura Jacobs.
Los que apoyan mayores regulaciones destacan el hecho de que Estados Unidos registra 2,2 homicidios por arma de fuego por cada 100.000 personas, en comparación con los 1,6 de Canadá, 1,0 de Australia y 0,1 de Reino Unido y Gales, según un reporte publicado en 2012 por la oficina para el Crimen y Drogas de Naciones Unidas.
Pero incluso los más férreos defensores del control de armas admiten que podría ser imposible implementar leyes de armas similares a las de países como Reino Unido en Estados Unidos, una nación que casi cuenta con un arma por ciudadano.
En último término, dice Goss, cualquier presión política por el cambio tendrá que proceder más de las bases que de los líderes.
"No creo que los líderes vayan a lidiar con esto", finalizó.