A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

domingo, 11 de noviembre de 2012

ENTERATE

Matteo Garrone:«Dentro de la pantalla hay más verdad que en la vida»

El director de «Gomorra» estrena «Reality», una película sobre un hombre corriente que sueña con entrar en «Gran Hermano»


Cinco meses después de mostrar su película al mundo por todo lo alto en el Festival de Cannes -donde consiguió el Gran Premio del Jurado-, Matteo Garrone ha pasado por España para arropar el estreno de «Reality». Es una tragicomedia ambientada en Nápoles que retrata los sueños de Luciano, un pescadero que anhela entrar en la casa de «Gran Hermano». Para interpretar el papel, el director ha escogido a Aniello Arena, un actor no profesional forjado en el teatro penitenciario: tuvo que pedir un permiso carcelario para salir a rodar... porque cumple condena por su colaboración con la mafia.
-¿Cómo es la realidad de las familias del sur de Europa? ¿Y cómo es su relación con la televisión?
-Siempre es muy difícil generalizar. Las familias del sur son muy distintas las unas de las otras, yo he contado cómo un núcleo familiar explota por perseguir un sueño... que después se revela como ilusorio. Esto me interesaba, y he intentado hacerlo sin ningún prejuicio o moralismo. De hecho, he intentado encontrar las motivaciones de los personajes, he intentado entenderlos.
-La pantalla es el centro de la vida del protagonista...
-Para él, entrar dentro de la pantalla no significa solo «aparecer», significa «existir». El problema de Luciano es existencial, entrar en la televisión es una acreditación de la existencia. Es un mecanismo para que la familia, los hijos e incluso el barrio estén contentos, pero se convierte en otra cosa: la pantalla es la puerta de entrada a un paraíso artificial. El hecho de poder huir de lo cotidiano es lo que empuja a la familia de Luciano a pedirle que vaya a la televisión; si Luciano lo logra, todos los demás pueden lograrlo. Después, poco a poco, la cosa se transforma. Él pierde su identidad y los demás empiezan a tener miedo.
-¿Cree que todos vivimos demasiado pendientes de las pantallas?
-Ese es el jugo de la película, es lo que sucede. Dentro de la pantalla hay más verdad que en la vida del día a día, que en la cotidianidad. Es un elemento central del mecanismo que se pone en marcha en la cabeza de la gente; pero no he realizado una aproximación muy directa al tema, una aproximación cerebral. Lo que quería contar, con estructura casi de fábula, era la historia de un hombre sencillo y popular que se pierde.
-«Gran Hermano» ensalza a la gente corriente. ¿Por qué eligió usted a un actor no profesional?
-Es verdad, el hecho de que una persona normal pueda convertirse en popular es uno de los platos fuertes del programa, y eso hace que todo el mundo piense que tiene posibilidades. ¡Es comprensible! ¿Por qué no? Se crea un mecanismo en cadena, propio de los programas de televisión que intentan captar espectadores. El personaje de Luciano tenía que tener una cara popular, parecida al personaje de Enzo [la estrella de 'Gran Hermano' en la cinta], y por eso Aniello Arena me pareció el actor apropiado para el papel.
-¿Cómo trabajó con él? ¿Le costó pasar del teatro al cine?
-Yo tengo una manera de trabajar que es muy parecida a la del teatro, secuencia a secuencia, de la primera escena a la última. Así que para Aniello fue fácil la transición del teatro al cine. Y yo dejo mucha libertad creativa a los actores, escucho sus impresiones sobre posibles cambios en los personajes. Ha sido una relación muy positiva, muy serena.
-¿Qué referencias tenía para construir a Luciano?
-Totó y Robert de Niro en el plano físico, era importante que el personaje de Luciano tuviese cierta ingenuidad, cierta pureza, carisma, una personalidad fuerte... pero también una gran fragilidad.
-Usted habla de ingenuidad, pero viendo la película se podría identificar a los personajes con la falta de cultura...
-No, no creo que sea un problema cultural. Conozco personas cultas que a la vez son ingenuas. Bueno, ¡depende del modelo y de los sueños que se tengan! Yo mismo podría ser ingenuo y pensar que puedo ir a Hollywood, ser muy rico y muy famoso. Tengo otro modelo, otro paraíso artificial construido, y usted el suyo. Todos somos parte de un sistema de consumo, que es el capitalismo. Nos están seduciendo continuamente, y luego somos nosotros los que tenemos que intentar no perdernos. Es la historia de un personaje cercano a mí, no de un personaje lejano.
-Nos ha dicho que no llegará a Hollywood, pero sí se pasea por los festivales de medio mundo...
-Cuando pienso en hacer una película, pienso en contar una historia. Y esta historia tiene que tener personajes que me sorprendan, con los que pueda crear una relación, un vínculo. La historia tiene que evocarme una serie de imágenes, porque yo vengo de la pintura, yo era un pintor.

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