Matteo Garrone:«Dentro de la pantalla hay más verdad que en la vida»
El director de «Gomorra» estrena «Reality», una película sobre un hombre corriente que sueña con entrar en «Gran Hermano»
Cinco meses después de mostrar su película al mundo por todo lo alto en el Festival de Cannes -donde consiguió el Gran Premio del Jurado-, Matteo Garrone ha pasado por España para arropar el estreno de «Reality». Es una tragicomedia ambientada en Nápoles que retrata los sueños de Luciano, un pescadero que anhela entrar en la casa de «Gran Hermano».
Para interpretar el papel, el director ha escogido a Aniello Arena, un
actor no profesional forjado en el teatro penitenciario: tuvo que pedir
un permiso carcelario para salir a rodar... porque cumple condena por su
colaboración con la mafia.
-¿Cómo es la realidad de las familias del sur de Europa? ¿Y cómo es su relación con la televisión?
-Siempre es muy difícil generalizar. Las familias del sur
son muy distintas las unas de las otras, yo he contado cómo un núcleo
familiar explota por perseguir un sueño... que después se revela como
ilusorio. Esto me interesaba, y he intentado hacerlo sin ningún
prejuicio o moralismo. De hecho, he intentado encontrar las motivaciones
de los personajes, he intentado entenderlos.
-La pantalla es el centro de la vida del protagonista...
-Para él, entrar dentro de la pantalla no significa solo
«aparecer», significa «existir». El problema de Luciano es existencial,
entrar en la televisión es una acreditación de la existencia. Es un
mecanismo para que la familia, los hijos e incluso el barrio estén
contentos, pero se convierte en otra cosa: la pantalla es la puerta de
entrada a un paraíso artificial. El hecho de poder huir de lo cotidiano
es lo que empuja a la familia de Luciano a pedirle que vaya a la
televisión; si Luciano lo logra, todos los demás pueden lograrlo.
Después, poco a poco, la cosa se transforma. Él pierde su identidad y
los demás empiezan a tener miedo.
-¿Cree que todos vivimos demasiado pendientes de las pantallas?
-Ese es el jugo de la película, es lo que sucede. Dentro de
la pantalla hay más verdad que en la vida del día a día, que en la
cotidianidad. Es un elemento central del mecanismo que se pone en marcha
en la cabeza de la gente; pero no he realizado una aproximación muy
directa al tema, una aproximación cerebral. Lo que quería contar, con
estructura casi de fábula, era la historia de un hombre sencillo y
popular que se pierde.
-«Gran Hermano» ensalza a la gente corriente. ¿Por qué eligió usted a un actor no profesional?
-Es verdad, el hecho de que una persona normal pueda
convertirse en popular es uno de los platos fuertes del programa, y eso
hace que todo el mundo piense que tiene posibilidades. ¡Es comprensible!
¿Por qué no? Se crea un mecanismo en cadena, propio de los programas de
televisión que intentan captar espectadores. El personaje de Luciano
tenía que tener una cara popular, parecida al personaje de Enzo [la
estrella de 'Gran Hermano' en la cinta], y por eso Aniello Arena me
pareció el actor apropiado para el papel.
-¿Cómo trabajó con él? ¿Le costó pasar del teatro al cine?
-Yo tengo una manera de trabajar que es muy parecida a la
del teatro, secuencia a secuencia, de la primera escena a la última. Así
que para Aniello fue fácil la transición del teatro al cine. Y yo dejo
mucha libertad creativa a los actores, escucho sus impresiones sobre
posibles cambios en los personajes. Ha sido una relación muy positiva,
muy serena.
-¿Qué referencias tenía para construir a Luciano?
-Totó y Robert de Niro en el plano físico, era importante
que el personaje de Luciano tuviese cierta ingenuidad, cierta pureza,
carisma, una personalidad fuerte... pero también una gran fragilidad.
-Usted habla de ingenuidad, pero viendo la película se podría identificar a los personajes con la falta de cultura...
-No, no creo que sea un problema cultural. Conozco personas
cultas que a la vez son ingenuas. Bueno, ¡depende del modelo y de los
sueños que se tengan! Yo mismo podría ser ingenuo y pensar que puedo ir a
Hollywood, ser muy rico y muy famoso. Tengo otro modelo, otro paraíso
artificial construido, y usted el suyo. Todos somos parte de un sistema
de consumo, que es el capitalismo. Nos están seduciendo continuamente, y
luego somos nosotros los que tenemos que intentar no perdernos. Es la
historia de un personaje cercano a mí, no de un personaje lejano.
-Nos ha dicho que no llegará a Hollywood, pero sí se pasea por los festivales de medio mundo...
-Cuando pienso en hacer una película, pienso en contar una
historia. Y esta historia tiene que tener personajes que me sorprendan,
con los que pueda crear una relación, un vínculo. La historia tiene que
evocarme una serie de imágenes, porque yo vengo de la pintura, yo era un
pintor.
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