La creación de Adán de Miguel Ángel, en la Bóveda de la Capilla Sixtina, con el Creador a punto de tocarlo con un dedo para darle la vida.
Los fondos de arte también fueron creciendo gracias a la tradición de las grandes familias italianas de formar colecciones, ya que estas familias eran las que tenían entre sus miembros cardenales que llegaban al pontificado.
Las escaleras de Giuseppe Momo, dan salida a los Museos Vaticanos.
Pío XI en 1932 abrió la Pinacoteca, en la que expuso cuadros sustraídos por Napoleón con el Tratado de Tolentino (1797) y devueltos a raíz del Congreso de Viena (1815) y otras obras de la colección del Vaticano. Se fundó además el museo Misionero-Etnológico (Pío XI, 1927).
En febrero del año 2000 se inauguró la entrada monumental, en el fuerte norte de las murallas vaticanas, cerca de la antigua entrada realizada en 1932 por Giuseppe Momo con una escalera de caracol en rampa, cuya balaustrada fue diseñada por Antonio Maraini y que actualmente sirve de salida del museo.
Cubierta de marfil del Codex Aureus de Lorsch.
El Rollo de Josué, un ejemplar manuscrito probablemente del siglo X, expuesto en el Salón Sixtino.
Obras representativas
Cancionero de la Biblioteca Vaticana, uno de los tres cancioneros que recogen las cántigas de la poesía medieval galaicoportuguesa.
La biblioteca permanece cerrada al público desde el año 2007 por obras de restauración, con una duración prevista de unos tres años.[11]
Museo Sacro
Como era habitual antiguamente en las bibliotecas, además de libros se conservaban otros objetos de colección, en este Museo Sacro se exponen obras de arte menor medieval, como el Díptico de Rambona del siglo IX. Este museo fue un proyecto del papa Benedicto XIV (1740-1758), según reza en una inscripción que se puede leer en la entrada:
Para acrecentar el esplendor de la Urbe y testimoniar la verdad de la religión mediante los monumentos sagrados de los cristianos.
Benedicto XIVMuseo Profano
Benedicto XIV dispuso de una nueva sala para la colección de arte profano, con el objetivo de reunir las obras menores de la Antigüedad, tal como había hecho con las de arte sacro. La colección consta de importantes pinturas romanas del
siglo I como las Bodas Aldobrandinas, copia romana de principios del Imperio de un original griego del pintor Etión,[12] y unos frescos con relatos de La Odisea.Gabinete de Medallas
Como los anteriores, esta colección procede de la Biblioteca Vaticana y contiene más de 100.000 piezas, divididas entre las monedas romanas y las pontificias, siendo una de las más extensas que se conocen dentro de su especialidad.
Museo Pío-Clementino
Torso de Belvedere, pieza neoática (siglo I a. C.); en la inscripción del pedestal se lee: "Hecho por Apolonio, hijo de Nestor, ateniense".
Detalle del Apoxiomenos, copia romana del original griego del escultor Lisipo.
Fue el primer museo vaticano, fundado por el papa Clemente XIV en 1771. A cargo de los arquitectos: Alessandro Dori (fallecido en 1772), Michelangelo Simonetti y más tarde por Camporesi.
Originalmente contenía obras del
Renacimiento y antigüedades clásicas. Tras la muerte de Clemente XIV, el museo y su colección fueron ampliados por el papa Pío VI (1775 -1799).Pio VI se encargó de construir una entrada, el atrio de las Cuatro Cancelas, desde el cual se accedía subiendo por la escalera Simonetti hasta la Sala en forma de Cruz Griega, por donde se accedía a la Sala Redonda, después la Sala de las Musas, la Sala de los Animales y por último al antiguo Patio de las Estatuas del Belvedere, ahora llamado Patio
Octógono. El recorrido actualmente "obligado" es en sentido contrario, desde el Vestíbulo Cuadrado hasta la Sala I (Sala en forma de Cruz Griega).
[14]Fue en el año 1797 cuando las obras maestras del museo fueron llevadas a París según el Tratado de Tolentino. Estas regresarían al museo entre las fechas 4 de enero y 11 de agosto de 1816, según la orden del Congreso de Viena, ya durante el papado de Pío VII.[15]
Tras la muerte de Pío VI, se le dio su nombre actual, por haber aumentado considerablemente el número de obras de arte que este museo contenía, a pesar de haber perdido las obras maestras como consecuencia del Tratado de Tolentino.
Durante el papado de Pablo VI el museo volvió a tener cambios (durante los años 1972-75) con la colocación de algunas obras de distinta forma para facilitar las visitas de los turistas, se instaló además (también en el resto del Vaticano) un sistema de vigilancia televisivo y de telecomunicaciones. No recibiría en el futuro grandes cambios que afectasen significativamente al número de obras.
Este museo muestra esculturas romanas y griegas en las doce salas que dispone, así como en el Patio Octógono. El origen de buena parte de las esculturas se debe a la colección privada del papa Julio II, que hasta final del siglo XVIII se mantuvo en los jardines del palacio de Belvedere.
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