A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

sábado, 21 de junio de 2014

ENTERATE

El misterioso retrato de un hombre con anillo

Retrato conservado en el Thyssen (izda.) y grabado posterior, realizado por Faucci | Crédito: Wikipedia & British …
La Historia del Arte está repleta de ejemplos –hemos visto aquí más de uno en ocasiones anteriores–, de pinturas envueltas por un halo de misterio e interrogantes. Unas veces estos enigmas se deben a que desconocemos el significado exacto de la obra, otras –como es el caso que nos ocupa–, porque ignoramos la identidad del retratado y el sentido último del “acertijo” que presenta ante nuestros ojos.
La pintura en cuestión, titulada Retrato de un hombre con una sortija (realizada hacia 1472-1477), se encuentra hoy expuesta en el madrileño Museo Thyssen-Bornemisza, y durante décadas se convirtió en motivo de debate y estudio para los historiadores del arte, principalmente por dos razones: la autoría de la obra y la identidad del modelo retratado en la pintura.
Hasta las primeras décadas del siglo XX, los investigadores solucionaron ambos interrogantes atribuyendo la pintura al pintor y orfebre boloñés Francesco Raibolini (1447-1517), también conocido como Francesco de Francia, que sería al mismo tiempo el retratado en el lienzo. Según estos autores, por tanto, la pintura que hoy se conserva en el Thyssen era un autorretrato de este artista.
Para apoyar su hipótesis, aludían al anillo que el hombre de cabellos cobrizos sostiene entre los dedos de la mano izquierda, mientras mira fijamente y con seriedad al espectador. En opinión de estos investigadores, el hipotético Francesco de Francia estaría mostrando al observador de la pintura una de sus obras maestras como orfebre, a modo de carta de presentación.
Durante años, esta explicación se dio por buena y gozó de éxito entre los historiadores, hasta que en los primeros años del siglo XX el estudioso Roberto Longhi descartó aquella hipótesis, señalando que ni el atuendo del modelo ni la tipología del retrato se correspondían con lo que cabría esperar en una obra de Francesco de Francia.
Detalle del anillo | Crédito: Wikipedia.
A su vez, Longhi aventuró que la autoría del lienzo había que buscarla en algún artista de la escuela boloñesa de Francesco del Cossa, o incluso en ese mismo artista, sin llegar a sugerir una identidad para el modelo que nos mira desde el cuadro.
La nueva hipótesis cuajó bien entre los estudiosos y, de hecho, el consenso actual coincide en señalar que fue Del Cossa quien pintó este notable retrato renacentista. Eso parece solucionar uno de los enigmas del cuadro pero, ¿qué sucede con el otro interrogante? ¿quién es el personaje que protagoniza el lienzo, sosteniendo un anillo en su mano?
A este respecto, tampoco han faltado hipótesis que intentan dar respuesta al “enigma”. Para algunos autores, se trataría de un retrato de un miembro de la poderosa familia Este, conclusión a la que llegan tras examinar la vestimenta del retratado y a la presencia del anillo, elemento relacionado con el emblema familiar de la famosa dinastía renacentista.
 

Retrato de Francesco d'Este, por Roger van der Weyden | Crédito: Wikipedia.Por otro lado, autores como el citado Roberto Longhi se preguntaron ya en la primera mitad del siglo pasado si el modelo desconocido era un novio o esposo mostrando al espectador la alianza de compromiso o de su próxima boda. En este caso, según Longhi, es posible que el lienzo hubiera estado acompañado originalmente por un retrato de la novia/esposa, al que se le habría perdido la pista.
Aún queda una última posibilidad: para algunos estudiosos, el anillo podría ser el premio obtenido por la victoria en algún torneo, como sucede por ejemplo en el Retrato de Francesco d’Este realizado en 1460 por Roger van der Weyden, y que se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York.
En dicho lienzo, que muestra al miembro de la familia d’Este en una pose similar a la de nuestro protagonista, vemos también cómo el retratado sostiene en sus dedos un anillo –además de un pequeño martillo–, que al parecer alude a su victoria en una justa celebrada en la época. ¿Fue por tanto el retratado por Del Cossa un valiente y victorioso caballero, o un joven enamorado? Esa es una pregunta que, hasta la fecha, sigue sin respuesta.

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