Los crustáceos también sienten dolor
Jueves, 17 de enero de 2013
Los cangrejos y probablemente otros crustáceos que forman parte de nuestra dieta son sensibles ante situaciones dolorosas.
Un estudio reveló que el cangrejo de tierra, un
pariente cercano de las especies que se usan para la alimentación,
responde ante descargas eléctricas y en lo posible las evita.
Investigaciones anteriores demostraron que las gambas y los cangrejos ermitaños también sienten dolor.
Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, los
científicos sugieren que la alimentación y la industria de la
acuicultura deben reconsiderar la forma en la que tratan a los animales.
El estudio fue publicado en la revista especializada Journal of Experimental Biology.
El profesor Bob Elwood, de la Universidad Queens
de Belfast, en Irlanda del Norte, le dijo a la BBC: "No sé lo que pasa
por la mente de un cangrejo, pero puedo afirmar que la forma en la que
reacciona va más allá de un reflejo directo y se ajusta a todos los
criterios del dolor".
Descargas eléctricas
El dolor es una experiencia subjetiva y su estudio en animales -especialmente en invertebrados como los cangrejos- no es fácil.
Pero el profesor Elwood diseñó un experimento
para evaluar la forma en la que los crustáceos responden a situaciones
potencialmente dolorosas.
Analizó al cangrejo de mar común (Carcinus maenas),
una criatura que por lo general se refugia debajo de las piedras
oscuras durante el día para evitar ser visto y comido por las gaviotas.
Noventa cangrejos fueron colocados
individualmente en un espacio iluminado, dejándoles la opción de
escaparse a dos refugios oscuros.
Una vez refugiados, lejos de la luz, la mitad recibió una descarga eléctrica en el primer refugio que escogieron.
Los cangrejos que experimentaron la descarga
eléctrica se colocaron de nuevo en el lugar de partida y esa primera vez
la mayoría regresó al mismo refugio en el que habían recibido el
choque.
Los que tomaron esta decisión recibieron una
descarga eléctrica por segunda vez. Pero en esta oportunidad, la
dolorosa experiencia tuvo un impacto en su futuro comportamiento.
"Los cangrejos que experimentaron el impacto por
segunda vez cambiaron de refugio mucho más que los que no. Dos choques
fueron suficientes para producir una transformación significativa en su
comportamiento", explicó Elwood.
"Dejan lo que para ellos es un lugar muy deseado
-un refugio oscuro- para salir a la luz y arriesgarse a estar en un
ambiente peligroso, una elección significativa".
Los crustáceos fueron colocados de nuevo en la
arena otras ocho veces, y aunque no experimentaron ningún otro impacto,
continuaron evitando el refugio en donde habían recibido las descargas
eléctricas.
Los científicos concluyeron que esto era más que
una simple reacción de reflejo al dolor y que los animales estaban
aprendiendo de su experiencia, lo que influía en sus decisiones futuras.
A favor del bienestar de los animales
Estudios anteriores conducidos por el mismo
equipo también revelaron que las gambas y los cangrejos ermitaños
manifestaban un comportamiento acorde a nuestra percepción del dolor.
Con base a los resultados, ahora creen que todos
los crustáceos decápodos -un grupo que también incluye a las langostas y
a los cangrejos de río– reaccionarían de la misma manera.
Elwood hizo hincapié en la falta de regulaciones existentes en la actualidad para proteger el bienestar de estos animales.
Criticó las prácticas de algunas pescaderías en
las que a los cangrejos con frecuencia les arrancan las tenazas con vida
o los lanzan con vida en agua hirviendo para cocinarlos.
"Estudios anteriores conducidos por el mismo equipo también revelaron que las gambas y los cangrejos ermitaños reaccionan ante el dolor"
"Realmente tenemos que cuestionarnos si vale la
pena someter a estas prácticas a miles de millones de animales
anualmente en todo el mundo".
Con respecto a la investigación, la doctora
Lynne Sneddon, profesora de la Universidad de Chester y la Universidad
de Liverpool, comentó que había sido desarrollada "correcta y
meticulosamente".
La doctora ha enfocado su investigación en el
dolor del pescado, y afirmó que es posible que su equipo explore con
crustáceos en un futuro.
"Se podría analiza si se dan cambios en la
expresión génica, la actividad eléctrica o la liberación de hormonas,
distintos a los que ocurren ante estimulaciones no dolorosas".
Sin embargo, un portavoz de la Autoridad Europea
de Seguridad Alimentaria (EFSA) dijo que si bien la organización llegó a
la conclusión de que los peces pueden sentir dolor, en la Unión
Europea, los decápodos no están clasificados como especies sensibles.
Añadió que el tema del dolor en los crustáceos era "polémico" y una cuestión de interpretación de datos.
Sin embargo, añadió que en un informe anterior
sobre los animales en los laboratorios, la EFSA recomendó mejorar el
bienestar de estos animales.
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