A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

sábado, 10 de diciembre de 2011

ENTERATE

El incierto destino del autocine estadounidense


drive-in cinema

Los clásicos autocines podrían sucumbir a la era digital en los Estados Unidos.

En su momento cumbre, en Estados Unidos habían unos 4.000 autocines, pero hoy en día tan sólo sobreviven unos cientos. Algunos creen que la era digital podría suponer el golpe de gracia para este clásico estadounidense.

Shankweiler, en Orefield, Pennsylvania, abrió sus puertas en 1934, pero sus actuales dueños Paul y Susan Geisinger temen que 2012 sea su último año.

"Odiaría cerrar el autocine más antiguo de EE.UU., pero es una cuestión de elección personal sobre si podemos permitirnos gastar tanto dinero".

Como muchos otros cines independientes en Estados Unidos, éste también podría pasar a mejor vida por el costo que supone hacer el traspaso a una proyección digital.

Traspaso digital costoso

Geisinger está a punto de retirarse, y no le atrae la idea de pedir un préstamo de US$175.000 para poder pagar un proyector digital y construir el edificio necesario para colocarlo.

"Es mucho dinero para un negocio estacional, pero no nos han dado opción, o nos pasamos al proyector digital o esto se cierra", dice Geisinger, quien empezó a trabajar como proyeccionista en Shankweiller en 1971, antes de adquirir el negocio en 1984.

Los grandes estudios de Hollywood están ansiosos por eliminar el costo de fabricar y enviar las películas en 35mm como se había hecho tradicionalmente en esta industria.

Los distribuidores podrían ahorrarse cientos de millones al año tan sólo enviando discos duros, una perspectiva tentadora para una industria que se ha visto fuertemente afectada por la piratería en internet y los videojuegos.

Ventajas

Proyector de cine

Los antiguos proyectores deberán ser sustituidos por dispositivos digitales muy costosos.

Con más de la mitad de cines convertidos a la era digital en EE.UU., los expertos estiman que las copias en 35mm podrían desaparecer en los próximos dos o tres años.

La industria dice que los soportes digitales permiten variar más a menudo las películas, ofrecer más opciones a los clientes, así como la promesa de formatos 3D y otros efectos especiales.

Sin embargo, cientos de pequeños cines estadounidenses y en todo el mundo, ya han decidido que no se pueden permitir comprar el equipo necesario, aseguran fuentes de la industria.

La muerte de los autocines -si esto es lo que está sucediendo- podría entonces agudizarse en ese país.

Refugio de una generación

Una generación entera de estadounidenses pasó sus años escolares y universitarios coqueteando en este tipo de cines surgidos en tiempos donde el carro era el rey.

Su momento cumbre se vivió a finales de los años 50, cuando el país tenía más autocines que cines de interior, pero su número empezó a declinar en los años 70 y 80 debido al aumento en el valor de los terrenos y la competencia de las compañías de alquiler de vídeos.

Unos 400 autocines sobreviven hoy en día, muchos de los cuales son pequeños y gestionados por familias en áreas rurales.

Fred Heise heredó el autocine Melody en Knox, Indiana, de su padre a principio de los 70, y esperaba legar su negocio a su hijo, hasta que el fantasma del sistema digital le hizo bacilar.

"Probablemente lo haremos. Será una de esas cosas que haces a regañadientes", dice el hombre de 64 años. "Uno se pregunta si viviré los suficiente para pagarlo por completo".

Innovaciones tecnológicas

Los autocines de hoy son muy distintos al estereotipo de "lugar para ligar" de los años 50, más bien son lugares donde parejas más estables acuden para recordar su juventud o familias quieren disfrutar de una noche barata fuera de casa.

Pero a pesar de ese aire nostálgico, sus dueños tratan de estar al día en términos tecnológicos.

El sonido puede escucharse ahora en los equipos de sonido de los carros en una frecuencia especial FM.

También ofrecen valor añadido a los multicines, ya que se pueden ver tres o cuatro películas de Hollywood recién estrenadas por menos de US$10, así como comprar rosetas de maíz y hot dogs por menos dinero que en un multicine.

Tiempo en familia

autocine

Algunos dueños de autocines pasarán dificultades económicas o tendrán que cerrar sus negocios.

"Para mi es una cuestión de tiempo en familia. Trabajo mucho y casi no paso tiempo con mi hija así que venimos aquí y miramos las películas", dice Michael Ravenscroft, vendedor, desde Sykesville, Maryland.

Michael ha visitado el Bengies, el único autocine de Maryland, desde que tenía ocho años.

Diane Hain, una contable de Baltimore, es posiblemente la seguidora número uno del Bengies, ya que lo ha visitado unas 70 veces en el último año. "Es un lugar especial. No sabría que hacer si desapareciera".

Afortunadamente para ella, el dueño del Bengies, Edward Vogel, figura entre aquellos que están dispuestos a hacer el traspaso a la era digital. Está convencido de que el autocine es más que una pieza de museo.

"La gente joven, que tiene videojuegos y aquellos a los que les gustan los juegos y esos bonitos teléfonos, les encanta. Vienen aquí y quedan alucinados por este antiguo lugar llamado Bengies y eso anima mi corazón como no te puedes imaginar".

Un tiempo "temible" para los autocines

Vogel, quien compró Bengies de su padre hace 20 años, todavía usa el mismo proyector que su familia instaló cuando abrió el teatro en 1956.

Mantener unos proyectores de aquella época, y controlar la película para que el público tenga un espectáculo continuo, son las actividades que más disfruta del trabajo.

"Creo que es una gran pérdida para los estadounidenses"

Edward Vogel, dueño de autocine Bengies, en Indiana.

Aunque cree que el formato digital le quitará al lugar algo de su magia, todavía no piensa tirar la toalla.

Vogel, quien lidera la Asociación de Dueños de Autocines dice que es un tiempo "temible" para muchos de los miembros.

"Cabría pensar que los distribuidores tendrían cuidado con el pequeño cine independiente, pero la verdad es que no les importa".

Algunos dueños de autocines pasarán dificultades económicas, incluso se verán forzados a cerrar su negocio. Muchos ya están mirando hacia una cómoda jubilación".

Algunos ven ciertas ventajas en la era digital, como Steve Wilson, dueño del autocine Holiday en Mitchell, Indiana.

"He visto cine en digital y es increible", dice. Sin embargo, cree que los distribuidores han introducido la tecnología digital demasiado deprisa, antes de que el precio del sistema disminuya.

"Creo que es una gran pérdida para los estadounidenses. En todas partes ves que los pequeños cines están desapareciendo y la gente no se da cuenta de lo que sucede. Aunque no pueden hacer nada al respecto".

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