A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

sábado, 26 de febrero de 2011

ENTERATE

Cuba, paraíso de los fumadores

Amauri Pérez - Foto Raquel Pérez

Muchos desacataron la ley antitabaco en Cuba, como lo hizo el cantautor Amauri Pérez.

Contra todos los pronósticos, las ventas de habanos en Cuba crecieron en un 2%, alcanzando la cifra de US$368 millones. Y mientras se multiplican las campañas contra el tabaco en el mundo, en La Habana se celebra el XIII Festival del Habano.

La gala con que se dio inicio al evento fue acompañada por importantes figuras de la cultura cubana y el concierto central lo preparó especialmente Leo Brouwer, uno de los compositores más destacados de la isla y amante de los puros.

Es que la tradición del tabaco en Cuba es anterior a la llegada de los europeos a la isla. Ellos describen en sus crónicas que los nativos parecen disfrutar poniéndose "brasas" en la nariz –así se fumaba entonces- y echando humo por la boca.

Pero el asunto no está libre de contradicciones. Fidel Castro es precursor en las campañas antitabaco, en la isla se promulgó –sin mucho éxito- una ley que prohíbe fumar y todo el dinero de la subasta de habanos va a la salud pública.

Adaptarse a las leyes

Habanos S.A. enfrenta este año un grave obstáculo: su principal mercado, España, aprobó una ley que prohíbe fumar en los lugares públicos, con lo que los puros dejaron de acompañar la copa en el bar o la sobremesa del restaurante.

Pareja - Fotos Raquel Pérez

Cuba es un paraíso para los fumadores que pueden encender sus habanos en cualquier bar o restaurante.

Sin embargo, la empresa no parece rendirse. Por el contrario, intenta adaptarse a la nueva situación. Salen al mercado con un habano más corto, de apenas nueve centímetros, el Half Corona de H. Upmann, para fumarlo en "cualquier circunstancia".

Pero las miras de la compañía parecen dirigidas a los mercados ascendentes asiáticos, en particular China, donde no han llegado las leyes antitabaco y surge una poderosa clase empresarial ávida de lujosos placeres que los distingan.

Así, mientras las ventas en España caen en un 12%, "en las regiones de Asia-Pacífico, Europa del Este, Medio Oriente y África" crecen, según lo explicó el vicepresidente de la compañía anglo-cubana, el español Javier Terrés.

¿Tradición cubana?

Difícilmente las campañas contra el tabaco logran calar en la isla y no sólo por razones de índole económico. Para los cubanos, el tabaco tiene una carga cultural enorme, al punto de que los campesinos se sienten orgullosos de lo que producen.

Producción de habanos - Foto Raquel Pérez

Los habanos se tuercen a mano y la tradición se va enseñando a los más jóvenes.

Es que la tradición es larga. Los nativos fumaban habanos y la independencia se apoyó con dinero de los tabaqueros cubanos de Tampa, la orden del alzamiento vino escondida en un puro y su humo ahuyentó los mosquitos de los independentistas del siglo XIX y de los rebeldes de la Sierra Maestra.

Entre las muchas paradojas del tabaco en Cuba, la mayor es que todo lo recaudado en la subasta e incluso parte de las ganancias generales sirven para financiar la salud y los centros de investigación que trabajan en la creación de una vacuna contra el cáncer de pulmón.

La ley antitabaco que se promulgó hace unos años recibió la repulsa de la mayoría de la gente e incluso la desobediencia de personalidades como el cantautor Amauri Pérez, quien continuó fumando en los lugares públicos para expresar su protesta.

Nunca quedó claro quién aprobó dicha legislación y menos aún cómo fue que desapareció de casi todo el territorio nacional. Lo cierto es que si se hubiera mantenido vigente el Festival del Habano, habría tenido que realizarse al aire libre.

Fidel Castro y los habanos

Guajiro - Foto Raquel Pérez

Los tabaqueros son los campesinos mejor pagados del país.

El Festival del Habano es el evento mundial de mayor relevancia. Durante 13 años han asistido a él desde artistas de Hollywood hasta millonarios árabes. El gobierno cubano lo respaldó con la presencia del propio Fidel Castro.

Entre los distintivos que identificaron a Castro desde el inicio de la Revolución están su barba, el uniforme verde olivo y los habanos. Sin embargo, en 1986 dejó de fumar, tratando de promover, con su ejemplo, una campaña antitabaco.

La crisis económica que se inició en 1990 con la desaparición de la Unión Soviética puso a Cuba ante la necesidad de utilizar todos sus recursos exportables y el tabaco era un renglón en el que prácticamente no tenía competencia.

Incluso Fidel Castro accedió a que se promoviera la pequeña propiedad campesina en la provincia de Pinar del Río para sembrar tabaco con mayor productividad y calidad. Desde ese momento los ingresos se dispararon hasta alcanzar la cifra actual.

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