Marilyn Monroe en diez películas
El 5 de agosto se cumplieron cincuenta años de la muerte del mito. Repasamos su biografía cinematográfica
Sus
faldas al vuelo en «La tentación vive arriba», con su oukelele en «Con
faldas y a lo loco», mujer fatal en «Niágara» o cantando a los diamantes
en «Cómo casarse como un millonario». Estas son las diez películas que resumen la carrera de la que es, probablemente, la actriz más icónica del cine.
1. «Niágara» (1953)
Marilyn
siempre dijo que no sabía andar con tacones, pero el bamboleo de sus
caderas por la falta de estabilidad creó escuela en «Niágara» , donde su
papel de mujer fatal convertía a las famosas cataratas en el único
fenómeno comparable, por su capacidad de arrastrar y devorar al hombre.
Henry Hathaway convirtió este filme de cine negro, con canción incluida,
en su perfecta carta de presentación.
2. «Los caballeros las prefieren rubias» (1953)
Apuntadas
sus habilidades para el musical, Howard Hawks vio enseguida el diamante
en bruto que se escondía tras esa rubia platino de mirada polivalente y
decidió explotarlo en una declaración de principios en forma de
canción-leyenda: «Diamonds are Girl's Best Friends».
La verdadera estrella de la película era Jane Russell, pero ella asumió
su rol diciendo: «por lo menos, soy la rubia». El público respondió
como el propio título de la película.
3. «Cómo casarse con un millonario» (1953)
En
la misma línea que «Los caballeros las prefieren rubias», pero
cambiando París por Nueva York, Marilyn Monroe consiguió otro éxito esta
vez flanqueada por dos bellezas muy distintas a la suya, Betty Grable y
Lauren Bacall, aunque esta cinta que empezó a forjar la imagen de la
que luego Marilyn se pasó la vida entera intentado huir: la bomba sexual sin cerebro.
4. «Bus Stop» (1956)
Primer
intento de Marilyn Monroe por demostrar que era una actriz con
habilidades dramáticas, «Bus Stop», de Joshua Logan, exploraba por
primera vez su acentuado potencial melancólico como cantante de
«saloon». Sacrificó su rubio platino para oscurecerlo un poco hacia el
pelirrojo, aunque explotó su sexualidad con unos vestidos transparentes.
5. «El príncipe y la corista» (1957)
Una
Marilyn deseosa de prestigio más allá de su imagen de sex symbol y en
plena obsesión por el método de Lee Strasberg se trasladó al Reino Unido
para rodar con Sir Laurence Olivier esta comedia de vodevil,
experiencia que inspiró la deliciosa película del año pasado «Mi semana con Marilyn».
La actriz fue lo mejor del filme y demostró que, con su espontaneidad
nada pretenciosa, llegaba más lejos que muchos intelectualoides.
6. «La tentación vive arriba» (1955)
Marilyn Monroe es, por supuesto, «la tentación» y la película contiene la que es su imagen más recordada: la de la actriz aplacando el calor veraniego con los respiraderos del metro de
Nueva York, una escena que Billy Wilder rodó en exteriores reales para
desesperación de su novio de entonces, Joe DiMaggio. Con la nimia excusa
de la modorra vacacional y el tiempo libre, Wilder ironiza sobre los
límites de la fantasía erótica, con ayuda de esa vecina que no es
consciente de su alto voltaje sexual.
7. «Con faldas y a lo loco» (1959)
«Debe
tener un motorcito o algo así», decía Jack Lemmon al ver cómo se movía
Surgar Kane, o lo que es lo mismo, Marilyn Monroe antes de subirse al
tren de aquella banda de «hot» en la que tocaba el oukelele en plena Ley
Seca y con el que ganaría, por fin, el Globo de Oro.
Es la mejor comedia de Marilyn, aunque la actriz convirtió el rodaje en
tal infierno haría decir a Billy Wilder al finalizarlo: «Por primera
vez puedo mirar de nuevo a mi esposa sin que me entren ganas de pegarle
por el simple hecho de ser mujer».
8. «El Multimillonario» (1960)
Marilyn
Monroe se reconcilia con el romanticismo más facilón y con el acento
francés de la mano del director de actrices, George Cukor, y a ritmo de
canciones más acorde con los nuevos tiempos como «My heart belongs to daddy».
Con un aspecto más moderno y al lado de Tony Randall e Yves Montand, la
banda sonora estuvo por encima del guión, pero la película funcionó
estupendamente.
9. «Vidas Rebeldes» (1961)
«No sé adónde pertenezco», decía Marilyn Monroe en «Vidas rebeldes», la más sutil, dramática, amarga y crespuscular de
sus interpretaciones en un papel escrito para ella por Arthur Miller en
un filme que acabó convirtiéndose en maldito: Clark Gable falleció
antes del estreno, para Monroe sería su último filme y Montgomery Clift
rodaría solo tres películas más. Para desesperación de John Huston, las
megalomanías y depresiones de todos emergieron durante el rodaje de esta
historia metafórica de almas descarriadas intentando manejar una manada
de caballos salvajes.
10. «Something's got to give» (1962)
Nunca se terminó esta película dirigida por George Cukor, pero las escenas de Marilyn bañándose en una piscina pasaron
igualmente a la historia y convirtieron su muerte en una pesadilla a la
que era difícil de dar crédito, dado su esplendor físico. Una despedida
en el mejor momento cuyos 34 minutos rodados fueron estrenados en 2001 a
modo de pieza de coleccionista.
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