A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

sábado, 27 de febrero de 2010

ENTERATE

Cuanto más joven, más frío

¿Café regular, espresso o café helado mezclado tipo "frappuccino"? A pesar de que 2009 fue un año marcado por la recesión en Estados Unidos, los jóvenes en ese país se siguen inclinando por la novedad constante en bebidas a base de café helados y dulces con sabores de avellana, de caramelo o de vainilla, que compiten con el bombardeo de otro tipo de bebidas como las sodas y las carbonatadas.

Animación sobre el café.

"Se trata de bebidas que consisten en café estándar mezclado con hielo picado (tipo frappé) a las que se le añade un sirup que les da sabor",indicó el director ejecutivo de la firma de investigación de mercado Studylogic, Samuel Nahmias, quien participa en la Conferencia Mundial del Café que empieza este viernes en Guatemala.

Según la Organización Internacional del Café (OIC), los estadounidenses son los mayores consumidores de esta bebida en el mundo y de hecho, ese país es principal recipiente de las exportaciones de café proveniente de latinoamérica, particularmente de países como Colombia y Guatemala.

De acuerdo con las últimas cifras, el café mezclado (como se le conoce a la categoría que incluye a los cafés fríos) es el área que ha registrado un mayor crecimiento dentro del rubro y es precisamente la categoría dentro de la cual los jóvenes se ven más identificados.

"En 2002 se vendieron 469 millones de tazas de este tipo mientras que en 2009 el consumo fue de 802 millones en esta categoría”, señaló.

El producto, cuya popularidad ha sido impulsada por varias actrices de Hollywood y que mezcla calorías y cafeína, es ofrecido también en "versiones ligeras" y es consumido por millones de adolescentes camino al colegio o a la universidad.

Café espresso y recesión

CONSUMO DE CAFÉ EN EE.UU.

En 2002:

76% café regular

15% espresso

7% mezclado

En 2009:

60% café regular

30% espresso

10% mezclado

Fuente: Studygroup

Pero no todos los jóvenes optan por los cafés fríos. Nehmias señala que el café espresso es solicitado por un sector de la población joven. "El café espresso tiende a ser consumido por un mercado joven pero que se considera mucho más sofisticado".

En Estados Unidos, según Nahmias, el gusto del café ha ido evolucionado y se han registrado variaciones en los últimos años.

"La torta del consumo se divide en café regular, espresso/especializado y blended o mezclado", dijo el experto y detalló que mientras que en 2002 se consumía más café regular, para 2009 el café regular redujo su cuota, el espresso aumentó y ahora abarca un 30% mientras que las preferencias por el café mezclado ahora pasó de un 7% al 10%.

Sin embargo, la difícil situación económica ha hecho mella en el mercado. Aunque en general el estadounidense está disminuyendo su consumo de café regular y tiende a refugiarse en el consumo de café espresso, ambas categorías han bajado en el último año. Se han dejado de vender unas 44 millones de tazas y según Nahmias esto se debió a la recesión.

El mercado hispano y el futuro

El consumidor hispano tiende a comprar más el café regular que el espresso. Sin embargo, durante los últimos años el índice se ha elevado en la categoría del café específicamente el café mezclado.

Café

Los hispanos siguen bebiendo café regular pero se incrementa su consumo de café mezclado/ blended.

"Los hispanos tienden a consumir más el café de especialidad particularmente mezclado, mientras que en lo que se refiere al café espresso aún hay camino por delante", indicó Samuel Nahmias.

De acuerdo a las cifras, en el futuro Estados Unidos quizás no sea el mejor lugar para observar un crecimiento significativo del consumo del café. Nehmias señala que aunque con una tasa de entre 2% y 3%, quienes están en el negocio de la cafeína están tendiendo a intentar colocarse en nuevos mercados como China e India con el fin de registrar crecimiento agresivos.

La conferencia que se realiza en Guatemala reúne a productores y comercializadores del café.

El panorama 2009/2010, según analistas, estará marcado por un descenso en la producción aunque de acuerdo a los expertos se espera que no se registre disminución en el consumo, pues el café ha sido en el pasado una bebida resistente a la recesión.

Mapa de la producción de café en el mundo/Fuente: OIC

viernes, 26 de febrero de 2010

FARANDULEANDO...


Los siete pecados capitales
según
Salman Rushdie



ABC.ES | MADRID



Este fin de semana en ABCD, el prestigioso y polémico escritor angloindio, Salman Rushdie expone, en un artículo exclusivo, su particular visión de los siete pecados capitales, a los que les sigue el rastro por la literatura, el cine e, incluso, el mundo de la moda.

El autor de «Hijos de la medianoche» analiza las huellas de los vicios capitales en la obra de Dante, Shakespeare, Conrad, Montaigne y Goncharov, entre otros, así como en la filmografía de Fellini. Adelantamos aquí un extracto del artículo que se publica íntegramente este sábado ABCD.

Notas sobre la pereza

Saligia. La imagino como un esperpento de Fellini, voluminosa y carnosa, que se bambolea cuando ríe. La cámara cae hacia ella y ofrece su inmenso pecho.

Tiene una mala dentadura y un pelo negro grasiento y estirado hacia atrás en una coleta. Si estuviera esculpida, el artista tendría que ser el colombiano Fernando Botero.

Aterroriza a los chicos adolescentes, quizás en Rímini, o en una ciudad parecida, pero esos mismos adolescentes también se sienten inexorablemente atraídos por ella, por el perfume de sus poderosos pechos. Les inicia en los misterios de la carne y sus hermanas son Cabiria y Volpina y el resto.

Alarga sus brazos hacia nosotros y estamos perdidos.

Probablemente nació en el siglo XIII y aparece impresa en 1271, en la «Summa Hostiensis», obra de un tal Henricus de Bartholomaeis, un hombre del puerto de Ostia, donde, siglos más tarde, la prostituta Cabiria ejercería su oficio por la noche en la película de Fellini.

Bartholomaeis creó a Saligia mediante la revisión del orden tradicional de los siete pecados capitales, orden que se estableció en el siglo VI d. C. en la «Magna Moralia» de Gregorio el Grande:

Superbia, Invidia, Ira, Avaritia, Accidia, Gula, Luxuria. Soberbia, Envidia, Ira, Avaricia, Pereza, Gula y Lujuria. Estos son sus siete elementos, pero en la relación de Gregorio –SIIAAGL– todavía no se la distingue.

Es Bartholomaeis quien le da la vida recomponiendo su ADN. Es su Crick y Watson, su Pigmalión. Soberbia, Avaricia, Lujuria, Envidia, Gula, Ira y Pereza: esto que percibe el hombre de Ostia es la secuencia que descifra su código genético. Superbia, Avaritia, Luxuria, Invidia, Gula, Ira, Accidia: el acrónimo trae a Saligia a una vida intensa y palpable.

Saligia. Los siete pecados capitales fundidos en uno. Y el mayor y el peor de todos ellos, al que se le concede el derecho de cerrar el espectáculo –el último lugar, el lugar más deshonroso–, es la pereza. Accidia, también conocida por Acedia o Pigritia, y sus oscuras acólitas, Tristitia, la Tristeza, y Anomie, una erosión del alma.

Fellini, por supuesto, es el artista supremo de la pereza debilitadora.

Su protagonista es, casi siempre, alguna clase de vitellone, un holgazán, a veces pobre y a veces próspero, pero siempre un inútil, cuya máxima encarnación es el Mastroianni de «La Dolce Vita» y «8 1⁄2», distante, melancólico, a la deriva, pasivo, perdido.

Ahí va, Marcello el de los ojos cansados, guapo y débil, con un cigarrillo en la mano y una mujer a su lado, una mujer a la que está en trance de perder. Deambula por la Via Veneto, baja por los sucios callejones y sube otra vez hasta el mundo de la vida dulce, hasta las casas de los ricos.

Vaga por lentas y decadentes fiestas, poseído por la inactividad, por la incapacidad de tomar decisiones o de avanzar en su vida, una parálisis del espíritu. Una estrella de cine embriagadora, etéreamente deseable, tontea a su lado en la Fontana de Trevi; él intenta surgir de las profundidades de su apatía para seducirla, pero fracasa, y todo lo que consigue con sus esfuerzos es que el novio de ella le dé un puñetazo en la cara, y se lo merece.

A su alrededor, en los salones y restaurantes y en la ciudad nocturna del fotógrafo depredador Paparazzo, deambulan los oriundos de su mundo falto de afecto, las aburridas bellezas con expresiones vidriosas y peinados perfectos. Estas encarnaciones de la Pereza no sólo están malditas. Ya están en el Infierno, bailando entre las llamas con Saligia....

martes, 23 de febrero de 2010

INTERESANTE LUGAR.....

Cataratas del Niágara



Cataratas del Niágara desde Canadá
Vista aérea de las Cataratas del Niágara, que separan EE.UU. y Canadá

Las cataratas del Niágara son un pequeño grupo de cascadas situadas en el río Niágara en la zona oriental de América del Norte, en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá. Situada aproximadamente 236 metros sobre el nivel del mar; su caída es de aproximadamente 52 metros.

Comprenden tres cataratas: Las «cataratas canadienses» (Ontario), las «lupas americanas» (Nueva York) y las más pequeñas, las «cataratas Velo de Novia». Aunque no tienen una gran altura, son muy amplias, y son las más voluminosas de América del Norte, por pasar por ellas toda el agua de los Grandes Lagos.

Desde que fueron descubiertas por los colonizadores europeos se han hecho muy populares, no sólo por su belleza sino también por ser una fuente de energía y un desafiante proyecto de conservación medioambiental. Son un lugar de turismo compartido por las ciudades de Niagara Falls (Nueva York) y Niagara Falls (Ontario).


Origen

Las raíces históricas de las cataratas del Niágara se encuentran en la glaciación, la cual culminó hace unos 10.000 años. Tanto la región de los Grandes Lagos de Norteamérica como el Río Niágara son efectos de esta glaciación continental.

Fue un enorme glaciar que avanzó sobre el área oriental de Canadá como una gran excavadora moliendo rocas y suelo, removiéndolos y profundizando algunos canales de ríos hasta convertirlos en lagos. De esta manera, aquel pequeño río se convirtió en las cataratas más conocidas del mundo.

Entorno histórico

Grabado en madera que data de 1837. Cataratas del Niagara, en los Estados unidos de América de Roux de Rochelle

El nombre «Niágara» es originario de una palabra iroquesa que significa «trueno de agua». Los habitantes originarios de la región eran los ongiara, una tribu iroquesa llamada los neutrales por los conquistadores franceses, quienes encontraron en ellos ayuda como mediadores de disputas con otras tribus.

Existe controversia sobre quién fue el primer europeo en dar una descripción escrita sobre las cataratas. La zona fue visitada por Samuel de Champlain en 1604. Miembros de su grupo le informaron de la existencia de unas cataratas espectaculares, que fueron mencionadas en su diario de viaje, pero nunca vistas por él. Algunos afirman que el naturalista Pehr Kalm hizo la primera descripción de las cataratas durante una expedición al área a comienzos del siglo XVIII. Sin embargo, la mayoría de los historiadores concuerdan en que el padre Louis Hennepin las observó y describió mucho antes, en 1677, después de haber viajado a la zona con el explorador René Robert Cavelier de La Salle. Hennepin también fue el primero en describir las cataratas de San Antonio en Minnesota.


Durante el siglo XIX el turismo las popularizó y era el área más industrializada a mitad de siglo. La demanda por observarlas hizo que en 1848 se construyera un puente para peatones y luego el Puente de Suspensión del Niágara de Charles Ellet. Éste fue reemplazado por el Puente de Suspensión de las Cataratas del Niágara de John Augustus Roebling en 1855. En 1886 Leffert Buck reemplazó el puente de Roebling, construido en madera y piedra, por uno en donde predomina el acero, que aún hoy día lleva una línea férrea sobre las cataratas. El primer puente de acero cercano a las cataratas fue completado en 1897, hoy conocido como Whirlpool Rapids Bridge. Tiene paso para vehículos, trenes y peatones entre Canadá y los Estados Unidos justo por debajo de las cataratas. En 1941 se completó el tercer paso con el puente Rainbow Bridge, que permite el tránsito de vehículos y de peatones.

Especialmente después de la Primera Guerra Mundial, el turismo tuvo un crecimiento explosivo, ya que los automóviles hacían la llegada hasta las cataratas mucho más fácil. La historia de las cataratas del Niágara en el siglo XX es en gran parte la de los esfuerzos tendientes a aprovechar la energía de las cataratas para producir energía hidráulica y controlar el crecimiento descontrolado tanto del lado norteamericano como canadiense, que amenazan la belleza natural del lugar.

Impacto sobre la industria y el comercio



Las cataratas fueron tempranamente reconocidas como una fuente potencial de energía. El primer esfuerzo conocido para su aprovechamiento fue en 1759, cuando Daniel Joncairs construyó un pequeño canal sobre las cataratas para proveer de energía a su aserradero. Augustus y Peter Porter compraron esta área y todas las cataratas norteamericanas en 1805 al gobierno de Nueva York y alargaron el canal para proveer de energía hidráulica a su molino harinero y curtiduría.

En 1853, la compañía Niagara Falls Hydraulic Power and Mining Company fue contratada para construir canales que serían utilizados en la generación de electricidad. En 1881, bajo el mando de Jacob Schoellkopf fueron capaces de producir suficiente corriente continua como para iluminar las cataratas y los poblados cercanos.

Monumento a Tesla en Goat Island, Niagara Falls, New York

Cuando Nikola Tesla, a quien más tarde se le construyó un monumento en las cataratas, descubrió la corriente alterna, se hizo posible la transferencia de electricidad a distancia. En 1883, la compañía "Niagara Falls Power Company" contrató a George Westinghouse para diseñar un sistema capaz de generar corriente alterna. En 1896, con el financiamiento de J.P. Morgan, John Jacob Astor IV, y Vanderbilt, se construyeron gigantescos conductos subterráneos y turbinas generadoras de más de 100.000 hp, capaces de enviar energía hasta Buffalo, a 32 kilómetros.

El gobierno de Canadá también comenzó a aprovechar la energía de las cataratas, empleando firmas nacionales y estadounidenses. Actualmente, entre el 50% y el 75% de la corriente del río Niágara es desviada mediante cuatro grandes túneles. El agua pasa a través de turbinas hidroeléctricas que proveen de energía a las áreas cercanas de Estados Unidos y Canadá antes de retornar al río.

Los barcos pueden esquivar las cataratas mediante el Canal Welland, el cual fue mejorado e incorporado al Saint Lawrence Seaway. Mientras que esta ruta fluvial desvió el tráfico acuático cerca de Buffalo y condujo al decaimiento de las industrias de acero y grano, otras industrias del valle del río Niágara han florecido, con la ayuda de la energía eléctrica producida por el río.

Las ciudades de Niagara Falls (Ontario) y Niagara Falls (Nueva York) están conectadas por tres puentes, incluyendo el Puente Rainbow, que ofrece la vista más cercana a las cataratas. Cerca de allí se encuentra el Aeropuerto Internacional Cataratas del Niágara (Niagara Falls International Airport) y el Aeropuerto Internacional Buffalo Niagara, así como la Universidad del Niágara e innumerables negocios locales.

Esfuerzos de preservación

Durante los dos primeros siglos posteriores al asentamiento europeo en la zona, las tierras a ambos lados de las cataratas eran de propiedad privada. El desarrollo de la región amenazaba la belleza natural del sitio y en ocasiones los visitantes debían pagar para poder ver las cataratas a través de un agujero en una cerca. En 1885 las autoridades de Canadá y los Estados Unidos comenzaron a adquirir las tierras adyacentes con vistas a la preservación del lugar.

En Nueva York, el artista Frederick Church y el paisajista Frederic Law Olmsted encabezaron el movimiento "Free Niagara", el cual persuadió al estado de Nueva York para comprar las tierras bajo garantía de hacer una reserva estatal. Ese mismo año, la provincia canadiense en Ontario estableció el parque Queen Victoria Niagara Falls Park con los mismos propósitos.

Ambas organizaciones han conseguido notables éxitos en operaciones para restringir el desarrollo en ambos márgenes de las cataratas y el río Niágara. En el lado canadiense, la Niagara Falls Commission regula el uso de las tierras a lo largo del curso del río Niágara, desde el lago Erie hasta el lago Ontario.

Hasta el presente, las cataratas fueron retirándose hacia el sur con un ritmo de 0,6 a 3,0 metros por año, debido a la erosión. Este proceso se inició lentamente por el desvío de cantidades cada vez mayores del flujo del río Niágara hacia las plantas hidroeléctricas instaladas en ambos lados del río. El 2 de enero de 1929 Estados Unidos y Canadá llegaron a un acuerdo sobre el plan de acción para preservar las cataratas. En 1950 firmaron un tratado llamado Niagara River Water Diversion treaty, que considera el tema de la desviación del agua.

Las cataratas americanas cuando se desvió el caudal del río Niágara en 1969


Además de los efectos por la desviación de agua, los esfuerzos para el control de la erosión han incluido la construcción de diques subacuáticos para redireccionar las corrientes más dañinas y la consolidación mecánica de la cima de las cataratas. El trabajo más complejo fue llevado a cabo en 1969, cuando el río Niágara fue desviado completamente de las cataratas estadounidenses durante varios meses, interrumpiendo una de las caídas de agua. Mientras que las cataratas canadienses absorbían el flujo de agua extra, un grupo de ingenieros estudiaron el lecho del río y trabajaron en él para retrasar la erosión. Un proyecto para quitar grandes cantidades de fragmentos de rocas depositados en 1954 fue abandonado debido al alto costo de la operación.

Las cataratas en el entretenimiento y la cultura popular

En octubre de 1829 Sam Patch fue la primera persona, que se conozca, en saltar desde las cataratas canadienses y sobrevivir. Con ello comenzó una larga tradición de personas que quisieron imitarlo.

En 1901 Annie Taylor, de 63 años de edad, fue la primera persona en atravesar las cataratas como bala humana, y sobrevivió sin daños. Desde entonces, otras 14 personas han intentado traspasarlas. Algunos lo han conseguido sin lastimarse, pero otros se han ahogado o herido gravemente en el intento. Los supervivientes han tenido que afrontar cargos en su contra y multas, ya que es ilegal intentar traspasar las cataratas. El ilusionista David Copperfield es el más reciente en sumarse a la lista de exitosos en traspasarlas en 1990.

Otras personas han hecho de cruzar las cataratas su objetivo. Comenzando por Jean Francois "Blondin" Gravelet en 1859, muchos equilibristas han llevado a gran cantidad de público a ver sus proezas.

Bobby Leach y su barril después de su peligroso descenso de las Cataratas del Niágara, el 25 de julio de 1911

El inglés Matthew Webb, el primer hombre que cruzó a nado el Canal de la Mancha, se ahogó en 1883 en el intento de cruzar nadando el Whirlpool y los rápidos debajo de las cataratas.

Las cataratas ya eran una atracción turística y el lugar preferido por los estadounidenses que celebran su luna de miel, pero la cantidad de visitantes creció abruptamente en 1953 después del estreno de Niagara, película protagonizada por Marilyn Monroe. En la década de 1980 las cataratas fueron el lugar elegido para algunas escenas de la película Superman II. El complejo turístico cercano a las cataratas es el lugar desde donde se hizo el programa televisivo Wonderfalls a comienzos del año 2004.

Con el crecimiento del turismo internacional, las visitas anuales superaron los 14 millones de turistas en el año 2003.

Visitando las cataratas

Las cataratas del Niágara de noche se admiran más desde el lado canadiense, pues luces artificiales iluminan ambos lados durante varias horas después del ocaso.

Las cataratas del Niágara, de noche
Vista debajo de las cataratas

En el lado estadounidense, la Cueva de los Vientos conduce a los excursionistas a un punto debajo de la caída de agua Velo de Novia. El Niagara Scenic Trolley ofrece viajes guiados a través de las cataratas estadounidenses.

En el lado canadiense, el Parque Reina Victoria posee plataformas que ofrecen una espectacular vista a las cataratas estadounidenses y canadienses. También hay senderos que conducen a observatorios que producen la ilusión de estar bajo las cataratas. La cubierta de observación cercana a la Torre Skylon ofrece la vista más elevada sobre las cataratas y, hacia el otro lado, unas espectaculares vistas de la ciudad de Toronto.

Junto con la Konica Minolta Tower, es una de las dos torres en Canadá con vista a las cataratas. En el río Niágara, la empresa Niagara River Recreational Trail recorre 32 kilómetros, desde el fuerte Erie hasta el fuerte George, e incluye muchos sitios históricos relacionados con la Guerra de 1812. Los cruceros Maid of the Mist llevan pasajeros por debajo de las cataratas desde 1846.

El Spanish Aerocar, construido en 1916 a partir del diseño del ingeniero español Leonardo Torres Quevedo es un cablecarril que lleva pasajeros desde el lado canadiense hasta debajo de las cataratas.

INTERESANTE HISTORIA LA VIDA DE...

Tutankamon


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Máscara funeraria de Tutankamon en el Museo Egipcio de El Cairo. Realizada en oro batido con incrustaciones de pasta de vidrio y turquesas, es la imagen más conocida del arte del Antiguo Egipto.

Nebjeperura Tutankamón más conocido como Tutankhamon, o Tutankamón,«imagen viva de Amón», fue un faraón perteneciente a la dinastía XVIII de Egipto, que reinó de 1336/5 a 1327/5 a. C.[3]

Su nombre original, Tutankatón, significa la "imagen viva de Atón", mientras que Tutankamón significa la "imagen viva de Amón". Su nombre fue escrito como Amón-tut-anj, debido a la costumbre de los escribas de poner el nombre del dios al principio de la frase para honrarle.

Es posible que Tutanjamón sea el rey Nibhurrereya de las cartas de Amarna, y probablemente el monarca denominado Ratotis, Ratos o Atoris, que reinó nueve años, según los posteriores epítomes de la obra de Manetón.

Tutankamón no fue un faraón notable ni conocido en épocas antiguas; el tamaño relativamente pequeño de su tumba (KV62) fue la razón de que no fuera descubierta hasta el siglo XX.[6] Howard Carter la encontró intacta en 1922. Su descubrimiento y los tesoros encontrados en ella tuvieron cobertura mundial en la prensa y renovaron el interés del público por el Antiguo Egipto, convirtiéndose la máscara funeraria del faraón en la imagen más popular.

Si bien formalmente se define que la Dinastía XVIII finaliza con el reinado de Horemheb, se puede afirmar con un alto grado de certeza de que el joven Tutankamón fue el último faraón de sangre real de la dinastía. Ascendió al trono después del periodo de Amarna y devolvió a los sacerdotes de Amón la influencia y el poder que habían poseído antes de la revolución religiosa y política de Ajenatón. Durante su corto reinado estuvo en manos de Ay y Horemheb, que se repartieron el poder: Ay administró Egipto y Horemheb manejó el ejército.

Su reinado se caracterizó por un retorno a la normalidad en el plano socio-religioso después del interludio protagonizado por Ajenatón. Dicho retorno fue paulatino, restaurando el culto en los templos abandonados de dioses como Amón, Osiris o Ptah, y permitiendo la celebración de los ritos pertinentes.

En el plano artístico, los cánones inaugurados bajo la égida de Amarna seguirían fluyendo hasta fundirse con los patrones tradicionales del arte egipcio. En las imágenes oficiales, la imagen del joven rey sería enfatizada constantemente junto a su Gran Esposa Real conjugando la herencia visual de Amarna (las imágenes de intimidad familiar de la pareja real visibles en tronos, sillas, cofres, etc., encontrados en la tumba real) con el mensaje político oficial de continuidad de la dinastía, claramente visible por la profusión de imágenes de Anjesenamón.

El hallazgo de su tumba, casi intacta, supuso una aportación fundamental para la comprensión de la historia y cultura egipcia. Posibilitó sacar a la luz una cantidad apreciable de joyas, muebles, armas y variados utensilios, aportando una información fundamental que permitió ampliar el conocimiento de la civilización egipcia.


Nombres

  • Al nacer, c. 1345 a. C., se le asignó el nombre de Tut-anj-Atón, que posteriormente cambió a Tut-ank-Amón, cuando en el ocaso de la revolución teológica de Amarna se abandonó el culto al dios Atón volviendo al viejo panteón egipcio, beneficiando primordialmente al dios Amón.
Anillo portando el Nombre de Trono: Neb-Jeperu-Ra.
  • Bajo la ideología del Atonismo: nombre de Nacimiento, Tut-anj-Atón Heka-hiunu-shema «imagen viviente de Atón, gobernante de Heliópolis» o «el que vive en Atón, gobernante de Heliópolis».
  • El trono chapado en oro, descubierto por Howard Carter en la tumba KV62, contiene en su respaldo el cartucho con el nombre original en la forma del periodo denominado Atonismo.
  • Bajo la ideología de Amón de Tebas: nombre de Nacimiento, Tut-anj-Amón «el que vive en Amón» o «imagen viviente de Amón»; nombre de Trono, Neb-jeperu-Ra «el Señor de las manifestaciones es Ra»
  • En los epítomes de Manetón es denominado Ratotis, Ratos y Atoris.

Origen

Sus orígenes son inciertos, ya que el final de la revolución religiosa conocida como Período de Amarna, implicó una suerte de maldición de la memoria sobre todo lo relacionado con el '"Rey Hereje Ajenatón". Así se han formulado varias hipótesis acerca de sus progenitores, algunas inducidas deliberadamente para legitimar su acceso al trono.

El joven rey Tutanjamón ofrendando a la divina pareja: el dios Ptah y a su izquierda su consorte Sejmet. El retorno a los ritos tradicionales después del interludio de Amarna.

Hasta el momento se han considerado tres hipótesis respecto a sus orígenes:

Tutankamón como hijo de Amenhotep III

Esta hipótesis se sustenta en el hallazgo de diversos artículos en la tumba KV62 del rey niño con los cartuchos de Amenhotep III, de su Gran Esposa Real, la famosa reina Tiya, del príncipe Thumose, el primogénito de Amenhotep III muerto prematuramente, y de la princesa Sitamón, quien a finales del reinado de Amenhotep III ascendería como Gran Esposa Real. No existe en la tumba ningún elemento o artículo que mencione remotamente al faraón hereje Ajenatón ni a ninguna de sus reinas.

En contra de esta hipótesis se yerguen dos factores:

  1. El primero hace referencia a los intervalos de tiempo. Se puede asegurar con bastante certeza que la muerte de Tut-anj-atón (posteriormente cambiado bajo la ideología tebana a Tutankamón Hekaiunushema), se produjo entre los 17 y los 19 años de edad.

  2. Estas evidencias provienen de la momia, más precisamente del desarrollo óseo del esqueleto del rey-niño. En consecuencia, Tutanjamón fue engendrado por Amenhotep III, o su hijo Amenhotep IV (Ajenatón o "El faraón hereje"). Si se considera que el reinado de Ajenatón tuvo un lapso de duración de unos 17 años, es menos probable la posibilidad de ser hermano del hereje (o sea, hijo del faraón Amenhotep III) en vez de ser un hijo directo de un rey más joven, sea Ajenatón o el enigmático Semenejkara. Si bien se sabe que Amenhotep III fue un rey longevo, los intervalos de tiempo alejan decididamente la hipótesis de que fuera el padre de Tutanjamón

  3. El otro factor a considerar es el contexto político-religioso existente en el momento de la muerte del rey niño. La variedad de utensilios y pertenencias que hacían referencia a Amenhotep III, Tiya, etc., muestra con claridad la intención de dar continuidad y legitimidad a la dinastía reinante y olvidar el descalabro de la aventura religiosa del período de Amarna.

Tutankamón como hijo de Semenejkara

La hipótesis que sostiene que el faraón niño es un vástago del sucesor de Ajenatón, el enigmático faraón Semenejkara, carece de evidencias objetivas que la sostengan:

El joven rey Tutanjamón. Talla en madera policromada.
  1. El punto a favor de esta hipótesis es la carencia absoluta de referencia alguna a Tutanjatón en los restos encontrados del período de Amarna, en donde los rastros encontrados no mencionan prácticamente al príncipe Tutankatón. El único rastro existente hasta el momento proviene de un relieve de una piedra de arenisca, hallado en la ciudad de Hermópolis donde fue evidentemente reutilizada al abandono de la ciudad Amarna por los reyes de la Dinastía XIX, quienes utilizaron los materiales de la ciudad abandonada como cantera para la provisión de materiales destinados a obras en otras localizaciones. En dicho relieve, se menciona a el hijo corporal (o físico) del rey, su amado Tutankatón"


  2. Es la única mención que existe, no aclarando quién podría ser su progenitor, quién indudablemente tendría un parentesco con el rey, sea Ajenatón, Amenhotep III o Semenejkara. Lo más probable es que la mención de ser de sangre real, haga seguramente referencia a su pertenencia a una línea colateral. La no inclusión de cartucho en el nombre del hasta entonces príncipe hace inferir que la inscripción fue realizada cuando Tutankamón no era faraón. Además, las pruebas efectuadas a la momia encontrada en KV55, sin identificar fehacientemente hasta ahora, muestran muchos rastros de similitud tanto en su aspecto físico como en el grupo sanguíneo del faraón niño.[9]
  3. En contra de dicha hipótesis, se suma la carencia de evidencias que vinculen a Tutanjkamón con su antecesor en el trono Semenejkara así como también la ambigüedad en la identificación de la momia encontrada en KV55, que podría ser de Ajenatón o de Semenejkara.

Tutankamón como hijo de Ajenatón y Kiya


Es la hipótesis más aceptada en el mundo académico hasta el momento y se fundamenta no sólo en las evidencias encontradas en los yacimientos arqueológicos de Amarna, Tebas y el Valle de los Reyes, sino que además, en la investigación realizada por Hawas et al. (2010)[10] quienes realizaron diversos estudios antropológicos, radiológicos y genéticos a 11 momias reales entre septiembre de 2007 y octubre de 2009, y entre las cuales se encontraba la de Tutankamón y ascendencia.

Se define a la madre del faraón niño como la enigmática Kiya, quien, aparte de Nefertiti y sus hijas, es la única mujer del harén real que es mencionada y de la que existen rastros. Fue nombrada como hemet mererty aat o "La amada Gran Esposa". Tal relevancia llevó al gran egiptólogo Cyril Aldred a afirmar que se debía a que Kiya fue quien dotó de un vástago masculino al rey Ajenatón,[7] dándole la posibilidad de continuar el linaje de la gloriosa Dinastía XVIII. La prematura muerte de Kiya, quien se piensa que no sobrevivió al faraón Ajenatón, dio lugar a la ocupación de su espacio en la corte y posterior usurpación de títulos por parte de Nefertiti y alguna de sus hijas.[11] [12]

Esta hipótesis también sostiene la necesidad de legitimar el ascenso al trono de Tutanjamón, ya que es desposado con la hija de Ajenatón y Nefertiti, la princesa Anjesenpaatón, quien posteriormente sufriría el cambio de nombre a Anjesenamón al igual que su esposo.

El joven rey Tutanjamón, cazando con arco, portando la corona Jepresh junto a su esposa Anjesenamón, la hija de Ajenatón y Nefertiti.

Cabe recordar que la costumbre de desposar a un príncipe de una esposa secundaria con una princesa de la Gran Esposa Real, siendo hermanastros, había sido ya practicada antes en el Antiguo Egipto, y recientemente, en la misma Dinastía XVIII; la princesa Hatshepsut fue desposada con su medio hermano Tutmosis II, quién era vástago del rey Tutmosis I, pero de una esposa de menor linaje del harén real.

En contra de esta hipótesis, sobre el linaje de Tutanjamón se argumenta la carencia total de alguna referencia a Ajenatón, pero sí a sus abuelos, tanto Amenhotep III como Tiya. Pero este argumento suele ser rebatido considerando el contexto político - religioso en el momento del deceso del faraón niño. Egipto se encontraba en un momento de restauración de los cambios operados durante el período de Amarna, intentando borrar toda referencia hacia el Rey Hereje; siendo por lo tanto explicable la total omisión de referencias y, como proceso de restauración, se estableció conexión entre Tutanjamón y sus abuelos, dándole sentido de continuidad a la dinastía real. Esto explicaría la carencia total de referencia hacia algo que conecte con el período de Amarna en los utensilios y enseres encontrados en la tumba de Tutanjamón.

El 17 de febrero de 2010, el Consejo Supremo de Antigüedades, en El Cairo (Egipto), informó de una serie de estudios genéticos, publicados en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) y llevados a cabo a lo largo de más de dos años, en los que se evidenciaba que Tutankamon murió a causa del mal de Kohler (una necrosis avascular ósea) agravado por malaria. Esta teoría estaría corroborada por los 103 bastones y la gran cantidad de medicinas que encontraron en su tumba. Por ello, se deduce que, a pesar de haber muerto con tan sólo 19 años, sufría grandes dolores de huesos. También afirmaron que el faraón era hijo de Akenatón o, al menos, del monarca enterrado en la tumba KV55 y que su abuela fue la reina Tiye o Tiya. No dijeron, sin embargo, el nombre de su madre.

Reinado

El descubrimiento de su tumba casi intacta ha permitido conocer la sofisticación de la vida de los faraones en el 1300aC. Esta silla de cedro con el respaldo tallado con el dios de la eternidad Heh pertenecía a su ajuar funerario.

Los datos de su reinado son breves. Se sabe que fue coronado rey a la edad de ocho a diez años aproximadamente. De acuerdo con el egiptólogo James Allen, hacia el año 14 o 15 del reinado de Ajenatón, éste elevó al cargo de corregente a Nefernefruatón, de quién sabemos por los determinativos femeninos de los jeroglíficos inscriptos en su cartucho, que era una mujer.

Primeramente se pensó que era Nefertiti, pero el hallazgo en 1973 de un ushebti para Nefertiti del año 12 aproximadamente del reinado de Ajenatón, hace suponer que Nefertiti falleció antes del ascenso de Nefernefruatón coincidiendo con la ausencia de imágenes de Nefertiti en eventos posteriores al año 12 del reinado de Ajenatón; por lo tanto, la enigmática persona nombrada Nefernefruatón muy probablemente una de sus hijas sobrevivientes: Meritatón.

De Ajenatón no se tienen rastros pasado el año 17 o 18 de su reinado, suponiendo entonces que murió para esa época, donde asciende al trono el o mejor dicho la corregente Nefernefruatón junto a un consorte, ignoto hasta el momento denominado Semenejkara. Dicho consorte reinaría por un lapso de tiempo no mayor a un año, dando lugar al ascenso posterior del joven príncipe Tutanjatón quien luego cambiaría su nombre a Tutanjamón.

La unión matrimonial de Tutanjamón y Anjesenamón hacen suponer que la hija mayor sobreviviente de Ajenatón, Meritatón, con mucha probabilidad murió al mismo tiempo que su esposo, Semenejkara. De cualquier forma, el lapso de tiempo que va desde el deceso de Ajenatón y la entronización del príncipe Tutanjatón sea de solamente un año.

Heredó prácticamente la misma corte que el faraón herético, así podemos ver que en el cargo de Gran Visir se mantuvo Ay, padre de la La Gran Esposa Real de Ajenatón y abuelo de la esposa del nuevo faraón, la comandancia de los ejércitos estaba a cargo de Horemheb y el tesoro se encontraba bajo la supervisión de Maya.[13]

El ascenso al trono fue legitimado, —de acuerdo con la costumbre de los antecesores de la Dinastía XVIII— desposando a la princesa Anjesenpaatón, única hija superviviente de Ajenatón y Nefertiti y portadora por tanto de la legitimidad real, que también cambió su nombre cuando se restauró el culto a Amón, pasando a llamarse Anjesenamón.

Mapa del antiguo Cercano Oriente durante el periodo de Amarna, mostrando las grandes potencias del periodo: Egipto (verde), Hatti (amarillo), el reino Kasita de Babilonia (purpura), Asiria (gris), y Mittani (rojo). Las áreas más claras muestran control directo, las áreas más oscuras representan esferas de influencia. La extensión de la civilización Aquea-Micénica se muestra en naranja.

La imagen de la pareja fue exaltada repetidas veces, ya que en los hallazgos de su tumba aparecen múltiples imágenes de ambos según el estilo artístico de Amarna.

Faltan referencias a su posible descendencia, aunque pudieron ser hijas suyas dos bebés cuyas momias se encontraron en la KV62.[14]

Cuando ascendió al trono, se produjo la restauración de los antiguos cultos, intentando olvidar el interludio que significó la experiencia religiosa de Ajenatón.

Por las fechas en que ocurrió esto y la escasa edad que tenía Tutanjamón, muchos estudiosos creen que el abandono del culto a Atón fue debido más a sus consejeros, sobre todo a Ay y Horemheb, que a una propia decisión del faraón.

Asimismo, se especula que el abandono de la capital de Ajenatón, Amarna, comenzó apenas Tutanjamón fue coronado.

El arqueólogo Barry Kemp sostiene que el abandono de la ciudad no fue repentino, sino que paulatinamente fueron trasladándose las distintas dependencias estatales (como el tesoro, las residencias reales, los archivos reales, etc.). Posteriormente, durante la época del faraón Horemheb, la ciudad quedaría despoblada, y el golpe final sería dado por los reyes de la Dinastía XIX, quienes utilizarían las construcciones abandonadas como canteras para sus obras faraónicas.

No se conocen textos de campañas militares durante el reinado de Tutanjamón, lo que lleva a suponer que la situación interna de Egipto era tan delicada que impedía emprender campañas contra las potencias rivales, fuesen hititas o mitanios.

Su papel resultó ser mucho más importante de lo que en un principio pareció, y fue un gran constructor que se encargó de reparar los daños cometidos por Ajenatón sobre los templos egipcios.

Así, no cabe sorprenderse ante el hecho de que la mayoría de los rostros de las estatuas de Amón de esta época sean los del propio Tutanjamón; esto es explicable desde el enfoque religioso, ya que se creía que el faraón tenía un origen divino y que era engendrado por el mismo dios.

El rostro del faraón era la imagen viviente de Dios en la faz de la tierra. Precisamente, su nombre de nacimiento tiene una traducción cercana a ese significado.

Restauración religiosa

Durante el cuarto año de su reinado el faraón trasladó la corte a Tebas y restableció no solo el culto a Amón sino también al resto del panteón egipcio, adoptando su nombre definitivo, Tut-anj-Amón, y publicó el Edicto de la restauración, proclamando sus acciones:

Él ha hecho que todo lo que estaba arruinado floreciese como un monumento de eternidad; él ha expulsado el engaño de las Dos Tierras. Cuando su majestad se elevó como un rey los templos de los dioses y las diosas desde Elefantina al Delta habían caído en el abandono, sus tabernáculos estaban deteriorados, se habían convertido en campos llenos de hierba; sus patios eran como caminos trillados. El país estaba en desorden, los dioses se olvidaban de este país, sus corazones estaban airados.

Este edicto fue grabado en una estela en el templo de Amón en Karnak, estela que actualmente se conserva en el museo de El Cairo. El texto fue luego usurpado por Horemheb, que eliminó el nombre de Tuntanjamón colocando el suyo, en una revancha iconoclasta para eliminar toda referencia a Amarna al colocarse él como directo sucesor de Amenhotep III: las listas reales de Abidos y Saqqara ignoran a Ajenatón, Semenejkara, Tutanjamón y Ay.

La restauración tenía una gran carga política. No sólo consistía en la vuelta al politeísmo, sino en la devolución del poder al Sumo sacerdote de Amón, contra el que se habían enfrentado Amenhotep III y Ajenatón (Amenhotep IV), ya que el templo de Amón había acaparado grandes riquezas y el control de extensas propiedades que antes eran de la corona.

Durante el reinado de Horembeb y sobre todo durante la siguiente dinastía, la XIX, se silenció sistemáticamente todo lo relacionado con Ajenatón y el periodo herético de Atón. Desde entonces en las listas reales de soberanos se pasaba de Amenhotep III a Horemheb, olvidando tanto a Ajenatón como a Tutanjamón y Ay.

Escena íntima entre el rey y su Gran Esposa Real. La herencia artística de Amarna siguió vigente durante su reinado. Incluso el dios caído Atón brinda sus rayos protectores dando vida al igual como lo hacía con Ajenatón y Nefertiti. Detalle del respaldo del Trono ceremonial de Tutankamon.

Obras

No tuvo tiempo de construir grandes obras que permaneciesen para la posteridad, solo quedan la reconstrucción de los templos abandonados durante el reinado anterior, un nuevo templo a Amón construido al oeste de Tebas y algunas pinturas y relieves, así como el ajuar funerario. En lo referente al enfoque artístico, es aquí donde se visualiza claramente el cambio de tendencia política y su efecto sobre los cánones artísticos.

Primera fase: La herencia de Amarna

Gracias a los muebles y utensilios hallados en KV62, sean tronos, sillas, cofres, etc. se ha podido reconstruir el desarrollo artístico. En la primera fase, es fácilmente identificable la continuidad del arte de Amarna: trazos gruesos, en la familia real se distingue un cráneo alargado, cuello estirado y vientre protuberante.

Los motivos artísticos siguen la línea de los retratos de la época de Ajenatón: el rey y su esposa, en escenas familiares, íntimas, en algunos casos bajo los rayos del dios único caído.

La representación de la pareja real es idéntica a las que se conocen de Ajenatón y Nefertiti, y el bajorrelieve que se ve en el reverso del trono ceremonial incluso representa sobre ellos el disco solar cuyos rayos acaban en manos dadoras de vida. Este trono es uno de los mejores ejemplos de la maestría de los artesanos egipcios, con una mezcla de tallas, bajorrelieve e incrustación, combinando distintos materiales.

También la máscara funeraria combina distintas técnicas: de 54 cm, está construida con oro, cuarzo, obsidiana, lapislázuli y vidrio; en el reverso está inscrito el capítulo 151 del Libro de los Muertos, con la descripción de las distintas partes del cuerpo humano


Monumental estatua de Tutanjamón al modo tradicional del arte egipcio.

Segunda fase: El retorno a la tradición

Las monumentales estatuas del dios Amón en Karnak, personificadas con el rostro del Rey, muestran al faraón totalmente alejado de los cánones artísticos de Amarna. El retorno a la tradición es evidente no solo en el carácter monumental de las estatuas, sino también en el énfasis en la imagen tradicional del faraón: vestido con faldellín, corona, barba real y uraeus.

Asimismo, si bien no se conocen documentos que atestigüen campañas militares efectuadas por Tutanjamón, en su tumba se ha encontrado un cofre con imágenes del rey batallando en su carro y matando enemigos. Este es el mejor indicio del cambio de temas, el abandono de los motivos artísticos de Amarna, el faraón en imágenes familiares, por los tradicionales, con el faraón venciendo a sus enemigos.

Desde el punto de vista artístico, se observa que el viraje de la realeza, después de la aventura del faraón Ajenatón, hacia el retorno a la tradición, no fue efectuada de forma brusca, sino paulatina. A favor de esta posición se encuentra la necesidad no solo de gobernar un Estado, que al final del reinado de Ajenatón pudo haber sufrido una desestabilización, de acuerdo a lo atestiguado, por ejemplo en las cartas de Amarna, sino también de otorgarle un marco de legitimidad al nuevo rey dando muestras de continuidad con el status quo vigente. El golpe de timón brusco lo daría Horemheb y el tiro de gracia los primeros reyes de la Dinastía XIX.

Todos los hombres del Rey

Del conjunto de evidencias rastreadas (ushebtis, pinturas, estatuas, etc.) en KV62 y en otros templos y tumbas de la nobleza, se ha podido reconstruir el universo de funcionarios de primera línea que rodeaban al faraón. Dada la precocidad del rey, seguramente eran quienes llevaban los destinos de Egipto bajo sus riendas en forma verdadera y efectiva.

Entre las joyas de su tumba, se encontraba este pectoral del rey. Era común utilizar imágenes de los jeroglíficos para construir joyas con el nombre del rey. En ésta es identificable, Neb Jeperu Ra, el nombre del trono de Tutanjamón: la barca solar define el jeroglífico Neb, el escarabajo en el centro la palabra Jeper que, junto con las tres flores de loto de la base del pectoral se transforma en el plural Jeperu y el disco solar de la parte superior es Ra.

Ay

Bajo el título de “Padre del Dios”, ostentado ya durante el reinado del Faraón hereje, Ay gozaba de un poder sin igual, con plena autonomía, incrementada ya desde los tiempos que era el padre de Nefertiti, y después, con el faraón niño, la discrecionalidad y libertad de movimiento le brindaba la posibilidad de obtener un verdadero poder: el poder detrás del trono.

El hecho de tener vínculos con la realeza, considerando que fue el padre de la Gran Esposa Real Nefertiti y el abuelo de la siguiente reina en poseer tal título, su nieta Anjesenamón, provee elementos para no sorprenderse de sus habilidades para los cargos políticos de alto nivel una vez fallecido Tutanjamón. Siendo el principal consejero del rey. Si bien, fue un actor de primer nivel durante el reinado de Ajenatón, sus orígenes pueden remontarse más allá de dicho reinado. Tanto Ay como la Gran Esposa Real de Amenhotep III y madre de Ajenatón, la famosa reina Tiya eran originarios de la ciudad de Ajmin

Esto posibilitó la elaboración de hipótesis donde se afirmaba un grado de parentesco consanguíneo, enlazando a los principales personajes de finales de la Dinastía XVIII, o sea: Ay, Tiya, Nefertiti, Ajenatón, Tutanjamón y Anjesenamón.

Si bien los nombres Ay, Tiya, Yuya y Tiyu (los padres de la reina Tiya, quienes proveyeron el mejor yacimiento arqueológico hasta el descubrimiento de la tumba de Tutanjamón) denotan una cierta característica familiar, no existe evidencia en concreto que relacione directamente en un lazo familiar a Ay y Tiya

Horemheb


Si Ay basaba su posición en sus vínculos con la realeza, Horemheb balanceaba el poder desde el lado del mando del poder militar. Era el delegado real en el ejército y fue quién llevo a cabo la recuperación de los territorios bajo la influencia egipcia tanto en el sur de Nubia como en el norte de Gaza y Siria.

El egiptólogo Jacobus Van Dijk afirma que Horemheb al mando del ejercitó procuró restablecer la presencia egipcia en Siria que se encontraba muy deteriorada por el avance de los hititas, quienes habían ya sometido al pueblo de Mitani quienes eran aliados de los egipcios desde los tiempos del faraón Amenhotep III como bien lo demuestran no solos los casamientos reales con las princesas mitanias Taduhepa y Giluhepa si no también las distintas misivas diplomáticas que salieron a la luz, las llamadas Cartas de Amarna.

Tal sometimiento provocó la ruptura del status quo en el fértil creciente y el avance de los hititas ya sobre las posiciones egipcias en Siria y Canaán.

Las campañas de Horemheb bajo el reinado de Tutanjamón posiblemente hayan sido infructuosas en cuanto a la recuperación de posesiones territoriales en Siria, y muy probablemente, la muerte repentina de Tutanjamón encontró a Horemheb lejos de la corte, en campaña. Esta oportunidad fue aprovechada por Ay para hacerse con el trono.

Najtmin o Minajt

Ocupaba un cargo dentro de la jerarquía militar, siendo conocido por el hecho de ofrendar una serie de ushebti con su nombre en KV62 en el momento de sepultar a Tutanjamón. Se supone que algún vínculo sanguíneo debiera existir con Ay, lo que daría la posibilidad de un cuadro de intriga política complejo,[21] ya que resultaría evidente que, si tal vínculo fuera cierto, el tal oficial Najtmin sería un contrapeso de Horemheb dentro del jerarquía militar.

Finalmente, se ha encontrado una estatua de Najtmin con una leyenda inscrita en la que se lee “Hijo del Rey”, siendo del período de reinado de Ay, seria una muestra consistente de la intención de Ay de entronizar a una persona distinta de Horemheb, haciendo que el conflicto de intereses a la muerte de Ay fuera imparable. No se ha encontrado rastro alguno del oficial Najtmin, y la ascensión al poder de Horemheb hace suponer que su destino no fue de larga vida.

Maya o May

Se conoce de él por similar vía que Najtmin, o sea, por su ofrenda de ushebti en KV62 magistralmente desvelado por Howard Carter. Las inscripciones de la figurilla de madera designan a Maya como “Supervisor de los trabajos en el lugar de Eternidad”, es decir, los trabajos en el cementerio real.

Además, existe también mención a la posición de “Supervisor del Tesoro”. Resulta concluyente que, la posibilidad de ofrendar una estatuilla en el entierro del rey, implicaba que ostentaban una posición de mucha cercanía con Tutanjamón, ya que era considerado como un gran favor la oportunidad de dejar una ofrenda al rey en su tumba.

Se sabe que Maya continuó en cargos gubernamentales, ya que existen rastros de su participación en trabajos del cementerio real, aún durante el reinado de Horemheb.

Usermont

El cargo de Visir, en egipcio Chaty –con funciones y responsabilidades cercanas a la posición de un primer ministro en una nación moderna actual–, estaba dividido en dos grandes áreas geográficas: el norte o Bajo Egipto y el sur o Alto Egipto. Usermont ejercía el cargo de Visir del Alto Egipto.

Pentu

Al igual que Usermont, su cargo implicaba responsabilidades en el Bajo Egipto.

Huy

Ejercía el cargo de Virrey de Kush, responsable de las explotaciones de las minas de oro nubias, así como también del control del tráfico comercial de productos desde la lejana tierra del Punt. Era una posición que implicaba un grado alto de responsabilidad, ya que la provisión de oro dependía mayormente de las minas nubias, y dicho oro era la moneda de cambio que los faraones egipcios tenían por ejemplo para pagar mercenarios como vasallaje de los principados y reyezuelos de Gaza, Siria y Fenicia. Esto quedó demostrado cuando salieron a la luz las Cartas de Amarna, donde en la correspondencia diplomática entre los faraones y los gobernantes cercanos se hacían menciones a demandas de entrega de oro por parte del faraón. Así la influencia egipcia dependía del flujo de oro con que podían contar los faraones.

Muerte

Murió c. 1327 a. C., hacia los 19 años de edad, tras reinar unos nueve años y sin haber podido consolidar su poder. Su prematura muerte dejó una cierta inestabilidad en Egipto, ya que era el último miembro varón de la dinastía XVIII.

Durante el reinado de Tutankamon hubo en el país una epidemia de malaria que causó la muerte de muchas personas. En la tumba del faraón se encontraron medicamentos contra la fiebre, lo cúal, puede indicar que murió víctima de esa enfermedad.

Según un estudio de ADN publicado en 2010, reveló a un faraón con el sistema oseo debilitado, lo cual, al ser víctima de una malaria severa, le habría provocado la muerte.[23]

A Tutanjamón le sucedió su consejero y Gran Visir (Chaty) Jeperjeperura Ay, el padre de Nefertiti, desposándo a la reina viuda Anjesenamón en un intento de darle legitimidad a su ascensión al trono. En términos familiares, Anjesenamón, al ser hija de Nefertiti, era nieta de su nuevo consorte quién acabaría reinando durante cuatro años. Durante este periodo Ay se ocupó del gobierno interior, mientras el general Horemheb, se ocupaba de recuperar el prestigio exterior bastante dañado durante los dos reinados anteriores, y fue posiblemente asociado al trono. Ambos nombramientos fueron apoyados por el clero de Amón, agradecido por los favores políticos recibidos.

Renacimiento: descubrimiento de su tumba

Howard Carter analizando el tercer y último ataúd antropomorfo de oro macizo, en cuyo interior se encontraba la momia de Tutankamon. Se aprecia que este ataúd todavía no se había extraído de la parte inferior del segundo sarcófago, considerado el más bello.
Artículo principal: KV62

Su tumba, KV62, fue encontrada en el Valle de los Reyes en 1922 por el británico Howard Carter, constituyendo uno de los descubrimientos arqueológicos con más publicidad de la historia de la egiptología, debido a la gran riqueza arqueológica encontrada.

El relieve que posee Tutankamon no se debe a los acontecimientos de su reinado, que fue breve e intrascendente comparado con el de otros grandes reyes como Tutmosis III o Ramsés II. La relevancia de Tutanjamón en nuestro tiempo se produce con el tardío descubrimiento de su tumba, que es hasta el momento la única tumba real encontrada con un ajuar funerario tan variado, numeroso, bien conservado y prácticamente intacto.

Si bien dicha tumba fue violada por saqueadores en la antigüedad, el contenido de la tumba fue restituido y se volvió a sellar. Tres mil años después, en 1922, la tumba fue encontrada por Howard Carter, en una expedición sufragada por Lord Carnavon. A su descubridor le llevó casi una década despejar e inventariar todo el material encontrado.

La riqueza arqueológica encontrada, junto con el excelente trabajo llevado a cabo por Howard Carter y su equipo, permitieron conocer muchos aspectos de la vida del Antiguo Egipto, desde los avances científicos y tecnológicos o los aspectos artísticos, plasmados en vasijas, cofres, juegos, armas, etc.[24]

Descubrimiento y excavación


Plano de la tumba
Map of the Tomb of Tutankhamun.svg

Código Estancia Dimensiones
m
Área
A Escalera 4,7 x 1,6 7,5
B Corredor 7,6 x 1,7 12,9
C Antecámara 3,6 x 8,0 28,8
D Anexo 2,6 x 4,3 11,2
E Cámara funeraria 6,4 x 4,0 25,6
F Cámara Tesoro 3,8 x 4,7 17,9
Superficie Total = algo más de 100 m²

Veintiocho faraones fueron enterrados durante 420 años en el Valle de los Reyes y del orden de cincuenta equipos de arqueólogos fueron encontrando la mayoría de los enterramientos que se sabía que existían en el Valle a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX. Theodore Davis, que peinando el valle había encontrado unas treinta tumbas entre 1902 y 1914, declaró que consideraba agotado el yacimiento del Valle. Sin embargo, desde que Davis descubriera en 1907 fragmentos de objetos con el sello de Tutanjamon, Howard Carter estaba convencido de que todavía no se había encontrado la tumba del rey niño y que debía hallarse cerca de la excavación de Davis, en un triángulo de una hectárea entre las tumbas de Ramsés II, Merenpath y Ramsés VI. Durante seis temporadas buscó la tumba en el mencionado triángulo, con resultados negativos, contando con el patrocinio de Lord Carnavon que gastó 25.000 libras. Carnavon dudó en interrumpir las excavaciones pero finalmente acordaron realizar una última campaña.[25]

Comenzada la última campaña, bajo los cimientos de unas cabañas de obreros que habían construido la tumba de Ramsés VI, el 4 de noviembre de 1922 apareció el primero de los escalones de la tumba prácticamente intacta. Recibió el nombre de KV62, por ser la número 62 descubierta en este Valle de los Reyes (King Valley en inglés).[26] Carter contrató para que le ayudasen en la excavación varios expertos de reconocido prestigio, entre los que se encontraban conservadores de antigüedades, especialistas en textos antiguos, catalogadores y dibujantes.

El Museo Metropolitano de Nueva York le prestó al fotógrafo arqueológico Harry Burton que fotografió todos los objetos encontrados tal como se encontraron en la tumba y también después de retirarlos.

Se trataba de una pequeña sepultura destinada a un personaje no real que debió ser transformada para acoger al rey ante su prematura muerte.[28] Carter y su equipo, supervisados por el gobierno egipcio, fueron retirando y catalogando en un lento proceso los 5.000 objetos que encontraron en las cuatro pequeñas cámaras concluyendo en febrero de 1932. Este material está en la actualidad en el Museo de El Cairo

Protección de la momia del rey
Capillas doradas: 1, 2, 3 y 4
Sarcófago de cuarcita: a
Ataúdes antropomorfos: b, c, y d

En la estancia que Carter llamó Antecámara estaba apilado mobiliario, carros desmontados, armas, vestidos y comida. La que llamó Anexo estaba llena de objetos, preferentemente vasijas, muebles, armas, ungüentos y comida.

En la cámara funeraria, la única decorada con pinturas, se encontraron cuatro capillas de madera recubiertas de oro, encajadas cada una dentro de la anterior, que cubrían a su vez un sarcófago de cuarcita roja que contenía tres ataúdes antropomorfos, también encajados uno dentro de otro, de madera chapada en oro, los dos más exteriores ,y de oro macizo el más interior.

Dentro del último estaba la momia del joven faraón, con la cabeza y los hombros cubiertos por la célebre máscara. En la cuarta sala, que recibió el nombre de Cámara del Tesoro, se encontraron las vísceras momificadas del rey y objetos empleados en el rito funerario.[29]

Sus restos y objetos en la tumba

En su tumba se encontraron sus restos y sus posesiones que han ayudado a comprender la sofisticación de la vida del Antiguo Egipto. Sin embargo poca información ha aportado sobre su biografía pues no había inscripciones importantes ni documentos sobre él.

Los alimentos que contenía la tumba eran panes y pasteles de trigo y cebada, espalda de buey y costillas de cordero condimentadas con especias y miel, treinta grandes jarras de vino, así como dátiles, higos, uvas y almendras. Entre las armas había 46 arcos, desde uno infantil de 30 cm hasta otro de 1,8 m de largo, mazas, bumeranes y cuchillos.

También se encontraron seis carruajes, cuatro de ellos de ceremonia de madera revestida con oro e incrustaciones de cristal y los otros dos más ligeros debían ser para cazar. Debió coleccionar bastones, pues aparecieron 130, todos diferentes de ébano, marfil, plata y oro, entre ellos uno sencillo de una simple caña con bandas de oro con la inscripción una caña que su majestad cortó con sus propias manos. Entre la ropa se hallaron más de cien taparrabos triangulares de lino que se ataban a la cintura y 27 pares de guantes.

Tutanjamon y su esposa Anjesenamón debieron tener dos hijas que nacieron muertas, pues en la tumba del rey se encontraron dos pequeños féretros que contenían dos fetos femeninos, uno de cinco meses de gestación y el otro debió morir al nacer.

Trece capas de lino envolvían la momia del rey; hasta 143 joyas y amuletos se encontraron entre los pliegues de las telas cuyo fin era proteger la transformación del faraón de la muerte a la inmortalidad, entre ellos, la máscara que cubría su cabeza, un pectoral de oro con el dios Horus que le protegía colgado al cuello y, en la cadera derecha, un cuchillo de oro con la hoja de hierro.

El estudio de su momia reveló que el rey medía 1,63 metros de altura

Retratos de Tutanjamon en su tumba
Tutankhamun emerging from lotus flower.jpg Mannequin of Tutankhamun.jpg Tutanhkamun innermost coffin.jpg Tutanhkamun tomb statue edit 1.jpg
Retrato infantil del rey en madera como dios sol Ra naciendo de una flor de loto azul.[34]
Maniquí de Tutankamon Hecho de madera policromada con el rostro del rey, cortado en caderas y hombros, para exhibir vestidos.
El rostro idealizado del faraón en el ataúd más interior. Porta un pequeño cayado y un látigo, símbolos del gobierno divino.
Una de las dos estatuas del Ka de Tutankhamon que guardaban la cámara funeraria.[35