A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

lunes, 18 de julio de 2011

ENTERATE / ENTREVISTA

Gioconda Belli: “El erotismo es una manera de vivir”


La poeta nicaragüense presenta un nuevo libro, esta vez bajo el sello de Seix Barral, una muestra de su poesía reunida Escándalo de Miel, acompañada de un CD con su voz, se agrega a una extensa bibliografía que incluye títulos de poesía como Línea de Fuego, Amor Insurrecto, Mi Íntima Multitud.

La nueva antología de poesía de la nicaragüense Gioconda Belli, Escándalo de miel, compendia uno de sus temas recurrentes: la peripecia amorosa enlazada al goce; una plenitud que integra amor y sexualidad, vinculación, dice, muchas veces negadas por las convenciones sociales.


La obra, editada por Seix Barral y que adjunta un CD con la voz de Belli, se agrega a una extensa bibliografía que incluye títulos de poesía como Línea de Fuego, Amor Insurrecto, Mi Íntima Multitud, y las novelas La mujer habitada, Sofía de los presagios y Wasala.


Entre otros galardones, Belli recibió el premio Casa de las Américas, el Ana Seghers y el Sor Juana Inés de la Cruz.


Su poesía se caracteriza por el trazo amoroso-erótico, ¿cree que los intentos de las poetas en Hispanoamérica, del modernismo a hoy, han descrito el goce por sobre los prejuicios y la pacatería moral?

Creo que para los hombres nunca ha sido problema el erotismo. Lo que ha sido novedoso —y aparentemente lo sigue siendo— es que las mujeres expresemos nuestros sentimientos con respecto al amor desde el cuerpo, desde la sensualidad.

En mi libro Escándalo de miel, creo que recojo la voluntad femenina actual de hacer valer nuestro derecho al placer y a no separar el amor entre cuerpo y cabeza. Las mujeres vivimos el amor en una dimensión donde el cuerpo juega un papel crucial. Sin embargo, las convenciones sociales nos han forzado a negar esa vinculación mujer-cuerpo, y a proyectarnos como “vírgenes puras”.

En mi poesía yo reivindico el erotismo desde una perspectiva femenina, es decir, dándole al cuerpo y a la relación amorosa su misterio y su maravilla.

¿Se reconoce en otras voces de poetas latinoamericanas, como la costarricense Virginia Grütter o mucho antes la uruguaya Delmira Agustini?

Me reconocí en Miguel Hernández, cuando empecé a escribir. Luego en Neruda, en Tomás Segovia, en Juana de Ibarburi, en Alaíde Foppa, en Vinicus de Moraes… soy hija de muchas madres y muchos padres.

Respecto al “erotismo”, ¿hay diferencia entre el tratamiento que dan al tema “los” poetas y el que dan “las” poetas?


Me parece que muchas poetas mujeres han intentado asumir la voz masculina para hablar de sí mismas. Mi búsqueda tiene que ver con encontrar precisamente ese lenguaje “femenino”; es decir, un lenguaje donde la belleza y la realidad se nutran mutuamente, donde no haya que negar o disfrazar la realidad del erotismo, sino más bien liberarlo de las connotaciones usualmente asociadas con el “eros”, porque éste ha sido, hasta ahora, definido más por el deseo y la fantasía masculina, donde la mujer se retrata como objeto, que por la manera femenina de concebirlo, que es más integral, que presupone el amor para que exista el eros capaz de conmovernos.

El poeta mexicano José Ángel Leyva sostiene que el hombre se desnuda con vergüenza y la mujer con decisión, y que el pudor hace que el poeta se esconda a ratos en la forma, en tanto la mujer es más transparente en su sentir. ¿Está de acuerdo?

No totalmente. Creo que la vergüenza de sí mismas ha sido el legado de las mujeres, que el placer, para la mujer, ha estado recargado de culpa y consecuencias.

A la mujer se le ha casi exigido la vergüenza como prueba de “decencia”, pero ciertamente creo que el poeta tiene razón en que la mujer, cuando se decide, es más valiente y arrojada que el hombre porque hay algo dentro de nosotras mismas que nos dice que la sexualidad es hermosa y que no hay razón de avergonzarse. Por eso, cuando la mujer entra en contacto con la belleza y la fuerza del eros, cosa que hace generalmente motivada por el amor, las contradicciones entre sus diferentes formas de sentir se desvanecen y lo físico adquiere una dimensión transparente y trascendental. De eso hablo en mi poemario.

En su antología Escándalo de miel lo erótico vive en los pliegues de lo cotidiano…
Porque el erotismo es una manera de vivir la vida. No sólo es relativo al amor físico, sino a una manera de darse y dar. Y la mujer, como dadora de vida, creo que entiende como nadie el placer de todos los días, el placer de sentirse eco de la vida que bulle en nuestra cotidianeidad y de los seres que la habitan, sean éstos esposos, hijos o amantes.

¿Es su poesía una expresión reivindicativa de la mujer?

Creo que para reivindicarse, la mujer tiene en primer lugar que celebrarse, y liberarse de todas esas taras que le han querido enseñar, que ella es la “mala” de la película, la que perdió el Paraíso Terrenal.

En esa celebración que yo hago del ser mujer, sí que hay una reivindicación: la de las capacidades y cualidades de la mujer a partir de la afirmación gozosa de lo femenino.


Sus poemas hablan de una emotividad especial en el centro de la mujer, pero también de una rebeldía, una fuerza indomable…

La emotividad femenina ha sido considerada una “debilidad” por el mundo masculino. Yo trato de demostrar que esa emotividad no es una debilidad, sino una fuerza que nos conecta, no sólo con nuestros semejantes, sino con el universo entero.

Muchas de sus metáforas remiten a fuerzas naturales (el cosmos) y a frutos de la tierra en una cuerda nerudiana, ¿fue una de sus influencias?, ¿qué otros poetas la influenciaron, reconoce como vecindades literarias?


Neruda me influenció, claro; pero más que todo creo que mi influencia principal me viene de ser nicaragüense, ser nacional de una tierra tropical, exuberante, vegetal, tierna y aguerrida a la vez.

Creo que el paisaje, las mujeres y la naturaleza nicaragüense son las principales influencias de mi poesía. Y los poetas nicaragüenses también: Carlos Martínez, Cardenal, Coronel Urtecho, Joaquín Pasos… A través de ellos aprendí a ver y a verme.

¿Cómo ubica su poesía dentro de la tradición poética nicaragüense, en particular con la oralidad expansiva y el tono conversacional que trajo José Coronel Urtecho de Estados Unidos, y que además desarrollaron otros poetas como Ernesto Cardenal?

Sí, creo que sí. Igual que ellos, yo también bebí de las fuentes de la poesía española y la poesía norteamericana.


¿Actualmente está escribiendo algún nuevo libro, poesía, novela?

Escribo una novela, pero no dejo de escribir poesía. La novela es mi obra de arquitectura; la poesía es como las estaciones para mí.


(agencia TELAM, Argentina).

Gioconda Belli

Nueva teoría sobre el Big Bang

(Derivación traviesa del Cántico cósmico de Ernesto Cardenal)

El Big Bang fue el orgasmo primigenio

orgasmo de los Dioses amándose en la Nada

Cada vez que te amo repito la génesis universal:

protones y neutrones,

neutrinos y fotones

saltan de mí

encendidos

a crear nuevos mundos

Centellas y meteoros

surgen con cada grito

Te amo mientras mis pulmones

crean la Vía Láctea de nuevo

y el Sol vuelve a nacer

redondo y amarillo

de mi boca.

La luna se me suelta de los dedos

Marte, Plutón, Neptuno,

Saturno y sus anillos.

Novas y super-novas,

los agujeros negros

se desgajan de mis contorsiones.

Soy Gaia. Soy todas las Diosas explotando.

Entre luz de centellas

tu cohete de fuego

prende mis luces todas.

Brotan mundos, cometas,

meteoros se hacen trizas.

Lluvias de estrellas danzan en el arco del éter.

Nace por fin la Tierra. Sus edades de magma y cataclismo.

La primera partícula de vida moviéndose en el agua.

Y luego es el silencio.

La materia expandiéndose en círculos.

Tus soles y mis soles se asientan en su espacio.

Es el frío. La grandeza del tiempo.

La eternidad. El color.

Los sonidos. La estática.

El amor insondable. Tu amor tierno.

Tus manos en mi frente.

Las campanas a lo lejos,

bing, bang, bing, bang, bing, ban,

BIG BANG.

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