A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

jueves, 3 de febrero de 2011

ENTERATE

El Indiana Jones egipcio, en peligro

Hawass, con las fuerzas especiales, en el Museo Egipcio de El Cairo. | Tara Todras-Whitehill / Ap

Las últimas imágenes colgadas del fotoblog de la página web de Zahi Hawass, el indiana jones egipcio, responsable del Departamento de Antigüedades y hombre próximo al rais Hosni Mubarak, ya no muestran al arqueólogo de arrogante sonrisa jactándose de haber recuperado una valiosa pieza con sus propias manos.

Son de periodistas fotografiando vitrinas destrozadas, de unidades especiales del Ejército patrullando el interior del Museo Nacional, de sí mismo custodiado por un fuerte dispositivo de segurdidad, incluso en el interior de su oficina, de la cabeza de una momia arrancada de cuajo...

Parece que el responsable de las Antigüedades egipcias no resultó afectado por el apagón informativo con el que el régimen respondió a las protestas, porque su página ha sido actualizada en los pasados días.

En ella escribe que el Museo Nacional es ajeno a los acontecimientos, asegura que todos los monumentos que cada año atraen a millones de turistas -15, en 2010- están a salvo y da su propia versión del asalto que sufrió el inmueble rosado en la madrugada del día 29, cuando a la retirada de la Policía una horda de saqueadores se adueñó de las calles de El Cairo y un millar de ellos trataron de asaltar el Museo provocando daños a dos momias, un sarcófago y varias estatuas, en unas imágenes que han dado la vuelta al mundo.

"No todos los egipcios se implicaron en el saqueo del museo. Un número muy pequeño trató de romper y robar. Desgraciadamente, una voz criminal es más fuerte que 100 voces pacíficas".

El arqueólogo cifra en una decena el número de vándalos que entró en el recinto: lo que no relata es que los manifestantes que exigen la caída de Mubarak formaron aquella noche una cadena humana con la que ayudaron a impedir que el asalto fuera mucho mayor, ni tampoco aclara si, como ha explicado a varios medios de comunicación, nada fue robado aparte de la tienda de recuerdos situada en la entrada del recinto.

La prensa independiente y los blogs egipcios se han hecho eco del temor a que los vándalos actuasen a sueldo del régimen, no con la intención de saquear sino en un intento de promover el caos y empañar así la imagen de los centenares de miles de ciudadanos que exigen democracia.

El resultado, en cualquier caso, no beneficia precisamente a Hawass, que el pasado lunes fue ascendido a ministro de Antigüedades por Hosni Mubarak, ya que el arqueólogo emprendió hace tiempo una cruzada por la devolución de los tesoros arqueológicos depositados en los museos occidentales que hoy parece más imposible que nunca.

Eso, si se mantiene en el cargo. La carrera de Hawass lleva una larga década ligada al régimen dictatorial. En 2002 fue ascendido a secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, y a finales de 2009 el propio Hosni Mubarak le promovió a viceministro de Cultura.

Su confianza en el arqueólogo hizo que su nombre formase parte del nuevo Ejecutivo con el que pretende aplacar los ánimos de la calle, aunque los manifestantes advierten que ya es demasiado tarde.

El Museo Nacional Egipcio está en peligro por su situación -en plena plaza Tahrir y próximo a la sede del Partido Nacional Democrático, en el poder, hoy un edificio calcinado- como está en peligro la carrera de Hawass si se consuma el final del régimen, el objetivo de los manifestantes que mantienen su protesta desde hace diez días. "Egipto volverá a la normalidad.

Mubarak es el único que puede mantener la estabilidad del país", decía Hawass a este periódico el pasado día 30, en un nuevo ejemplo de su afinidad con el dictador.

No hay comentarios: