A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

martes, 13 de octubre de 2009

QUE SABES SOBRE LA VIDA Y OBRA DE LA POETA GRIEGA

SAFO... Y DE SUS SUEÑOS



Por Alvaro Oliva

Safo fue una poetisa que nació en el siglo VI a.C. Vivió en Mitilene,en la isla griega de Lesbos, que en aquella época era uno de los más importantes sitios del Mar Egeo.


Esta escritora era de familia noble, tenía tres hermanos y estuvo casada con un hombre rico que le dio una hija llamada Cleis.De acuerdo con los fragmentos que se conservan de su obra, se determinó que Safo rendía culto a la diosa Afrodita enseñando poesía, música y otras artes a un grupo de mujeres jóvenes por las que, según el poeta Anacreonte, sentía atracción sexual.


Safo escribió nueve libros de odas, epitalamios o canciones nupciales, elegías e himnos.


De todo su trabajo sólo quedan algunos fragmentos y dos poemas completos: la "Oda a la Mujer Amada", recogida por Longino en su libro "Tratado de los Sublime" y la "Oda a Afrodita", recogida por Dionisio de Halicarnaso.


La creación se caracteriza por la exquisita belleza de su dicción, su perfección formal, su intensidad y su emoción. Muchos poetas griegos posteriores fueron influenciados por la obra de Safo, especialmente Teócrito, Ovidio y Catulo.

Safo y Alceo, son considerados los poetas más sobresalientes de la poesía lírica griega arcaica. Son además los únicos representantes de la producción literaria lesbia.


Los poemas de Safo fueron acogidos con entusiasmo desde la antigüedad, ya que se recitaban y se conocían en la Atenas del siglo V a.C. y más tarde, en Roma, habían bustos de ella y los poetas latinos la alaban.


A partir de la época alejandrina se puso de manifiesto el interés por conservar su obra e intentar descubrir nuevas partes.


Aunque se calcula que fue cerca del año 580 a.C. no se sabe exactamente cuando ni como murió, pero una leyenda muy poco creíble sostiene que, tras ser rechazada por el joven marino Faón, se arrojó desde un acantilado en Léucade.


Esto no concuerda para nada con sus poemas de última época, en los que se describe a sí misma como una anciana que goza de una vida tranquila, pobre y en armonía con la naturaleza.


Tras su muerte los atenienses le erigieron una estatua en bronce, obra de Silanión. Dos siglos después de su muerte Platón se refiere a ella como “la décima musa”.


En el año 1703, la Iglesia Católica ordenó quemar todas las copias de los poemas de Safo, de los que sólo se logró recuperar un tercio.


En el 2004, fueron hallados nuevos fragmentos de Safo, que amplían y mejoran sustancialmente uno de los que ya se tenía de ella.


Oda a Afrodita


¡Tú que te sientas en trono resplandeciente,

inmortal Afrodita!

¡Hija de Zeus,

sabia en las artes de amor,

te suplico,augusta diosa,

no consientas que, en el dolor,

perezca mi alma!

Desciende a mis plegarias,

como viniste otra vez,

dejando el palacio paterno,

en tu carro de áureos atalajes.

Tus lindos gorriones te bajaron desde el cielo,

a través de los aires

agitados por el precipitado batir de sus alas.

Una vez junto a mí,

¡oh diosa!, sonrientes tus labios inmortales

,preguntaste por qué te llamaba,

qué pena tenía,

qué nuevo deseo agitaba mi pecho,

y a quién pretendía sujetar con los lazos de mi amor.

Safo, me dijiste,

¿quién se atreve a injuriarte?

Si te rehuye,

pronto te ha de buscar;

si rehúsa tus obsequios,

pronto te los ofrecerá él mismo.

Si ahora no te ama,

te amará hasta cuando no lo desees.

¡Ven a mí ahora también,

líbrame de mis crueles tormentos!

¡Cumple los deseos de mi corazón,

no me rehuses tu ayuda todopoderosa!


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