A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

jueves, 12 de febrero de 2009

SABIAS QUE :...

LOS NUEVOS DIRIGENTES CUBANOS
RENEGABAN DE SUS ORÍGENES


El derrocamiento del gobierno español en Cuba originó un alejamiento inicial de la propia identidad cubana.

Lo español no era bien visto por las clases burguesas e industriales criollas, que miraban con buenos ojos al Norte. Los anexionistas comenzaron su labor en favor de la divulgación de la cultura anglosajona.

Con el afán de "unirse al concierto de naciones civilizadas", se reniega de lo vernáculo y aún más de la raíz africana, el negro queda más discriminado que nunca en los primeros años de la República Cubana.

En Cuba se olvida la música popular y se imponen las bandas y la música clásica. Pero la cultura de raíz africana, defenestrada a primeros de siglo en Cuba, se había asentado para siempre en la isla durante la época colonial.

Pese al intento de hacer desaparecer la religión y la música popular cubana, una vez más se demostró que gobiernos y legisladores jamás podrán destruir una cultura popular. Solo el marketing discográfico anglosajón lo ha conseguido.

El ejemplo lo tenemos en España.

La jota, el fandango, el bolero español, las danzas vascas, extremeñas, canarias, etc son ahora piezas de museo.
Algunas de las músicas populares de España luchan por estar presentes, al menos, en las Fiestas Oficiales y principales celebraciones de las principales ciudades, se ofrece más como un espectáculo colorista que como auténtica muestra de baile popular, la mayoría no sabe bailar y mira. La mayoría sólo baila ahora en las discotecas.

Díaz de Ayala nos hace conocer la Resolución del Secretario de Gobernación de 21 de Noviembre de 1922, que transcribo por su innegable interés para conocer el entorno donde al fin resurgió la música popular en Cuba:


''RESOLUCIÓN"

Por cuanto: Al amparo de Reglamentos legalizados por los Gobiernos Provinciales, funcionan con carácter de Sociedades de Socorro y Recreo, ciertas instituciones, cuyos componentes los integran individuos que dicen profesan distintas religiones africanas, siendo dirigidas sus ceremonias por negros nativos de ambos sexos, al igual que sus concurrentes, que demuestran gran fanatismo con las extrañas reverencias que otorgan a determinados objetos, que se ostentan en el altar que presentan los días destinados al culto.


Por cuanto: Una de las ceremonias consiste en bailes al estilo Lucumí, según ellos, que efectúan acompañados de cantos incomprensibles para los profanos y tocando instrumentos que producen ruidos desagradables, muy parecidos al del tambor; colocando en el centro del local una vasija que contiene una piedra que llaman Santa, que es alimentada con sangre de gallo, paloma o carnero, teniendo precisamente que ser blancos el cuero o plumas de aquellos; procedimiento que también emplean para hacer curas, esquivando para ello la vigilancia de que son objeto, porque sus atributos usuales están señalados como de Brujería y con los que se practica a diario la especulación; cultos a los que no es ajena la concurrencia de personas que, a juzgar por su porte y compostura, parecen de posición holgada.


Por cuanto: Los aludidos bailes los ejecutan al son de un tambor o instrumento que iguala su sonido, al mismo tiempo que formando una gritería ensordecedora que molesta a los vecinos; siendo lo más grave, lo escandaloso del baile por la forma en que se efectúa, ya que las figuras que realiza llegan al extremo de que resulta un espectáculo ofensivo a la moral y a las buenas costumbres.

Por cuanto: La experiencia ha enseñado que la celebración de tales fiestas, en las que se toca el tambor llamado Bembé, preceden siempre al robo, secuestro o asesinato de algún niño de la raza blanca, cuya sangre pide tras el baile y la invocación a sus santos, uno de aquellos fanáticos, para la supuesta curación de un enfermo.

Por cuanto: La existencia de tales prácticas ha traído consigo la repetición de atentados de idéntica naturaleza contra la tranquilidad y el sosiego de la vida en los campos y, recientemente, el asesinado de una niña en la provincia de Camaguey.

En uso de las facultades que me confieren las leyes,

RESUELVO :

Prohibir en todo el territorio de la República, como perjudiciales a la seguridad pública y contrarios a la moral y las buenas costumbres, los bailes de la naturaleza a que se deja hecha referencia y, especialmente, el conocido con el nombre de "Bembé" y cualesquiera otras ceremonias que, pugnando con la cultura y civilización de un pueblo, están señaladas como símbolo de barbarie y perturbadoras del orden social"

Ha quedado constatada la exageración e interpretación de hechos delictivos en forma de acusación política a un colectivo social base en la formación de la cultura nacional cubana.

Algunos secuestros y muertes de niños se constatan en el libro "El Hampa Cubana: Los negros Brujos" de Fernando Ortiz, pero más culpa tuvo el vudú haitiano, que llegó de Jamaica y Haití en los comienzos de siglo, que los ritos de las Sociedades de Socorro y Recreo como vienen a denominarse las Sociedades Secretas Cubanas.

El afrocubanismo en Cuba busca nuevas formas de expresión que dan origen a la formación de las Claves, coros a dos voces que no se acompañan con tambores ya que estaban prohibidos. Un solista o decimista improvisaba los versos a los que el coro respondía. Al parecer en la actualidad sólo se mantienen activas en Cuba las Claves de Sancti Spiritus en la festividad de Santiago Apóstol.

Cuando la vigilancia y persecución policíaca aflojaban, el coro de Claves se transformaba en un coro de Guaguancó. Estos coros eran formaciones populares de barrios que se reunían para celebrar las distintas festividades en la zona más oriental de Cuba.

El fracaso de estas leyes es total y en Cuba vuelve a triunfar la identidad afro-hispana, a través del desarrollo de la música popular.




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