A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

martes, 14 de octubre de 2008

CULTURA ASIATICA


El teatro chino en Cuba


Raúl Martell
CONEXION CUBANA




Antecedentes de la cultura china

La cultura china es un sistema completo que incluye filosofía, literatura, artes y también otras ramas del saber humano, tales como la medicina, la ciencia y la tecnología.
Todos esto elementos la diferencia de otras culturas, por ejemplo de la cultura de la India, su cercano vecino, y, obviamente, existen muchas más diferencias con la cultura occidental o la llamada cultura cristiana.

Los expertos han llegado al consenso que los orígenes de la cultura china están depositados en el carácter rural o agrícola de su proceso. En el campo chino se origino hace mas de 5 000 años una nueva clase social que contribuyó en gran medida al avance de esta milenaria cultura.

En lo que al teatro se refiere, esta manifestación cultural en China data del siglo XIV. En sus inicios se trataba de un espectáculo de un marcado carácter literario. Posteriormente, unos siglos más tarde, concretamente en el siglo XIX, tuvo lugar cambios determinantes, teniendo como ejemplo clásico; la famosa Opera de Pekín, donde se presentan formas danzarias, cantadas e incluso acrobacias que ocupan una gran parte de la obra teatral china.

En las obras del teatro chino se integran de forma congruente diferentes manifestaciones culturales, como la literatura, la danza, la música, el canto y otros espectáculos artísticos.

En el desempeño de los actores radica el centro del teatro chino. La decoración es bastante intrascendente y en el escenario solo parece el mobiliario y el aderezo imprescindible.

El actor, como factor principal, se vale de sus movimientos corporales, los gestos, las repeticiones y el canto para dejar claro en el espectador su papel en la representación teatral.

Finalmente, las características fundamentales del teatro chino pueden resumirse en los siguientes aspectos:

- Entretenimiento a través de la música

- Apoyo en coreografías danzarias

- Máscaras que representan las características más significativas de los personajes

- El uso de marionetas

- Vestuario elaborado, suntuoso y simbólico

- Los músicos ocupan un lugar especial en el escenario

- El maquillaje muy elaborado y grotesco para resaltar la caracterización de cada personaje

- Se usan colores para simbolizar aspectos destacados de la obra

Con todas estas características llega a
Cuba el teatro chino a través de las puestas en escenas de sus obras en el Barrio Chino de La Habana en los últimos treinta años del siglo XIX.

Comienzos del teatro chino en Cuba

Algunos especialistas opinan que el teatro chino en Cuba tiene sus inicios en el año 1873, cuando en las calles Zanja y San Nicolás, en pleno Barrio Chino de La Habana, se inaugura un teatro de madera para espectáculos con títeres provenientes de las manos del escultor Choy Men.
La comunicación principal con el público era mediante el canto.
La introducción del teatro chino en Cuba mediante títeres tuvo lugar por motivos económicos y de orden práctico, ya que resultaba más barato y se podían desarrollar esas representaciones en locales pequeños.

Esta incipiente actividad teatral resultaba de la necesidad de esparcimiento de los chinos procedentes de California que vinieron a asentarse en el Barrio Chino de la capital.

Los chinos venidos de California tenían un nivel cultural y educacional más adelantado que sus coterráneos que habían llegado al país, en 1847, como culies para trabajar en los ingenios y campos azucareros y tabacaleros cubanos.

Estos espectáculos teatrales no tenían un fundamento teórico elaborado y se apoyaban, primordialmente, en el sonido, o sea, en la música y el canto; así los músicos ocupaban un espacio especial en el escenario.

Los sonidos representaban diferentes manifestaciones de la naturaleza, como el correr del agua de un río, una cascada, el trepidar del viento durante la lluvia, el cantar de las aves, etc.
El uso de gones, tambores y címbalos mostraban los distintos estados de ánimos, ruidos de combates y hasta los cambios de tiempo.

Este primer teatro chino con el paso de los años se transformó en el conocido cine Pacífico, cuyo edificio, después de múltiples usos, perdura hasta nuestros días.
En este centro se cobijaron diferentes sociedades de recreo y finalmente un reconocido restaurante de comida china.

Habitualmente se contrataban pequeñas compañías de ópera venidas de Cantón y Hong Kong y también de grupos artísticos provenientes de California, Nueva York y San Francisco, quienes actuaban inicialmente en distintas ciudades norteamericanas antes de trasladarse hacia La Habana.

En ocasiones se contrataban también músicos de origen chino establecidos en la Isla, lo cual posibilitaba una forma de empleo para estos residentes asiáticos y propiciaba el mantenimiento y desarrollo del acerbo cultural de su país de origen.

Dos años despues de estas primeras representaciones se crea el segundo teatro chino en Cuba nombrado Sun-Yen con actores asiáticos llegados de California.

El Teatro Sun-Yen estaba ubicado en la calle Lealtad esquina a Reina, en los números 124 y 126. Allí se escenificaron, fundamentalmente, comedias.
Se ofrecían funciones diariamente desde las seis de la tarde hasta pasada la media noche y los fines de semana, específicamente, los domingos se realizaba una sola función en la tarde.

Las obras que se representaban eran del tipo de óperas, donde los asistentes se identificaban con la trama y sus personajes propiciando el mantenimiento de sus raíces culturales.

Lentamente fueron arribando al país diferentes compañías teatrales con actores y sus propios músicos.

Ya entrado el nuevo siglo XX se inaugura el famoso teatro Shangai, en la calle Zanja y Campanario.
Este enclave con el tiempo fue perdiendo sus intensiones originales al pasar en 1923 a manos de empresarios cubanos, convirtiéndose en un teatro de corte picaresco, nada que ver con sus orígenes chinos iniciales.

El relativo auge de estas manifestaciones teatrales chinas originó que en las primeras décadas del siglo XX se crearan otros recintos teatrales como La Voz de la Nación, ubicado en la calle Dragones, una de las vías principales y más emblemáticas del Barrio Chino de la capital, entre las calles Manrique y Campanario.

Posteriormente se funda el teatro nombrado La Gran China (San Man Jei Yin) localizado en la calle San Nicolás entre Dragones y Salud.

Con el auge del cine aparecen en la palestra los llamados cine-teatros como el Nuevo Continental (San Tai Lock) y el más importante de todos el Kam Yen o El Águila de Oro, situado en la calle Rayo numero 104.

Esta fue la época de mayor auge de las actividades teatrales chinas en el país, incluso en muchas ocasiones se trasladaban los espectáculos a otras provincias del país donde existían asentamientos notables de chinos, como en Matanzas, Sagua la Grande, Camagüey, Villa Clara, y Holguín.

Incluso en la ciudad de los puentes, Matanzas, se ubico un teatro chino próximo a la casa de la familia china de apellido Soto, en la calle Mercaderes esquina a San Diego.

También, en Sagua la Grande, en la calles Tacón y Caridad, en un alto edificio de tres pisos de madera trabajo una compañía china de mas de 90 personas con funciones de gran éxito para la época.
Se dice que los chinos contratados para trabajar en el campo y en otras actividades productivas dejaban sus faenas habituales y acudían al teatro, donde se escondían para presenciar las obras chinas que se exponían.

En el trabajo publicado en la Multimedia "Las sociedades Chinas. Pasado y Presente", elaborado por la Cátedra de estudios sobre la inmigración china en Cuba, perteneciente a la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, su autora Mercedes Crespo Villate, ilustra su trabajo con una sita muy enjundiosa de
José Martí sobre el teatro chino publicado en La Nación en septiembre de 1889:

"Las suntuosas cortinas, los trajes legendarios de plata y seda carmesí, los músicos que tambalean frenéticos sus tonos de guerra, de amor o de funeral, los tramoyistas vestidos de calle, que entran a poner en los respaldos de las silla las decoraciones, mientras el General, con la túnica de alas al cinto y el casquete de seda negra, se trae de atrás a la cadera, en señal de ira, la pluma larguisima de los dos del casco o simula con el emperador de borla blanca y cabezal de oro una batalla de mucha mortandad, dándose como de lanzazos con dos varillas encintadas en la punta, con gran acompañamiento de vueltas aéreas, veloces y precisas hasta que uno de los dos tiende la varilla para que pase debajo del otro, que es el ejercito vencido, o levanta la pierna, lo cual significa que monta a caballo o cae a tierra dando tres zapateadas, o tres vueltas en redonda, con lo que indica que esta muerto".

Decadencia

La segunda conflagración mundial en los años 40 del pasado siglo incidieron en la disminución de la actividades teatrales chinas en el país, ya que las compañías de opera que trabajaban en La Habana regresaron a su país o emigraron a Estados Unidos y junto con ellas partieron también actores y actrices, así como realizadores chinos que vivían en Cuba.

En el país quedaron algunos conocedores del teatro chino, quienes se agruparon en el Estudio de Música China llamado "Chun Wah Yin Lok Kow Se", que radicaba en el tercer piso del conocido edificio El Pacífico.

A este grupo de entusiastas del arte teatral chino correspondió la tarea de formar nuevas compañías de ópera cantonesa y propagar entre algunos descendientes mestizos de chino, el arte de la ópera y sus diversos secretos.

De estos nuevos grupos surgieron las compañías Cheng Wah, Kuog Kong y la Kua Tih Lock, El gran mérito de estos artistas y sus representaciones radican en que tuvieron que aprender y escenificar cantos, mímicas, danzas, acrobacias y artes marciales, sin conocimiento del idioma. Toda la enseñanza y el aprendizaje tuvo que efectuarse de manera oral y retenerse en la memoria de los participantes.

Con tantas dificultades y sin apoyo económico estas compañías fueron languideciendo, desintegrándose y desapareciendo al no tener la retroalimentación de nuevos inmigrantes o intercambio con grupos chinos originales, lo cual fue mimando las simientes originarias hasta que a fines de la década de 1950 desapareció la ultima compañía, poniendo fin a 80 años de tradición teatral y musical china en nuestro país.

Actualidad

En la actualidad conducido por el proceso de reanimacion del Barrio Chino de La Habana se están desarrollando grupos musicales y otras manifestaciones artísticas que tratan de rescatar y actualizar lo mejor de las tradiciones chinas.

Existe una orquesta de cuerdas nombrada Orquesta de la Ópera de Ultramar constituida, en lo fundamental, por los hermanos Merlo, graduados de música; Glenda: directora, Gema: guión y montaje, Fidel: dirección artística, que han montado una obra operática titulada Tata y Tomás, basada en partituras chinas tratando de vincular las mas clásicas tradiciones musicales chinas con las raíces mas autóctonas de la cultura de la Isla.

También La Casa de Artes y Tradiciones Chinas apoya el desarrollo de un Taller de Artistas de la Plástica llamado "Hua Qu", donde un grupo de artistas, en su mayoría descendientes de familiares chinos desarrollan su arte pictórico y escultórico mediante el empleo de técnicas tradicionales, como la acuarela y la tinta sobre cartulina, intrínsecas en las raíces chinas, y otras en las que aparecen las técnicas mixtas en las artes aplicadas apoyadas en la milenaria cultura china.

Así, estos artistas trabajan en el repujado de piel artísticamente elaborado, en miniaturas talladas en hueso, frascos y luminarias y hasta hermosas tallas de madera.

De esta forma un grupo de artistas descendientes de chinos asentados en el país abordan el arte vinculando las más antiguas y reconocidas tradiciones del lejano país de sus ancestros con la cultura cubana.



Fuente: CUBARTE

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