A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

miércoles, 20 de junio de 2012

ENTERATE

Sobrevivir al cáncer de pulmón

El desarrollo de terapias a la carta convertirá el tumor pulmonar en una enfermedad crónica en diez años


El tumor más temido también es vulnerable. Los avances clínicos de los últimos diez años permiten pensar que el cáncer de pulmón se convertirá en una enfermedad crónica en la próxima década. El uso de fármacos cada vez más sofisticados, adaptados a las necesidades específicas de cada paciente, ha permitido comenzar a cambiar el panorama de esta patología de manera radical. Sólo unos pocos enfermos se benefician, de momento, de las ventajas de las terapias biológicas y no todos ellos logran los mismos beneficios para su salud. Los profesionales que trabajan en la lucha contra el cáncer están convencidos, sin embargo, de que se respiran por fin tiempos de cambio en el tratamiento de esta enfermedad.
«No nos vamos a engañar. Hablamos de una patología seria y de terapias que todavía llegan a un número limitado de pacientes, pero hemos dado un salto de gigante. Hace veinte años no podíamos hacer nada por ellos y ahora se habla cada vez más de que es posible convertir también ésta en una enfermedad crónica. Estamos, sin duda, en el comienzo de una nueva era». Así de tajante se muestra el jefe del servicio de Oncología Clínica del hospital de Cruces, Guillermo López Vivanco, que participó ayer en el primer Encuentro con Expertos de la Salud de EL CORREO, que reunió en las instalaciones del periódico a un grupo de especialistas, encabezado por el consejero de Sanidad, Rafael Bengoa. La sesión, con el título genérico de 'Cáncer de pulmón, un reto global', abordó cuestiones diversas, desde la necesidad de lograr un diagnóstico más temprano hasta la opinión de los pacientes sobre los tratamientos.
El de pulmón, el tumor que más vidas se cobra cada año, es un cáncer difícil de diagnosticar por lo complicado que puede resultar para un afectado darse cuenta de que padece un problema tan grave. Tos, dificultades para respirar, quizás un dolor en el pecho, cansancio y pérdida de peso no son señales que resulten extrañas a un fumador. Ni a alguien que no lo sea. «No da síntomas y los que da se pueden confundir fácilmente con un simple catarro. Es una enfermedad difícil de ver no sólo para el paciente, sino también para el médico de Atención Primaria», argumenta el especialista Alejo Cassinello, director médico del departamento de Oncología de laboratorios Lilly, patrocinador de la jornada. Más información en elcorreo.com

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