A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

lunes, 11 de agosto de 2008

EPISTOLA.


La Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando
.

Por Félix José Hernández.
EXILIADO CUBANO
RESIDENTE EN FRANCIA

cubademocraciayvida.org


París, 5 de agosto de 2008.



Mi querida Ofelia



En la calle de Alcalá se alza el bello inmueble de Churriguera que ocupa el impresionante museo madrileño, al cual llegamos a las 11 y 30 a.m. Mi esposa pagó tres euros por el billete y yo tuve la entrada gratis por ser profesor. Algo que ya no existe en la Ciudad Luz.
Ahora aquí sólo entramos gratis a los museos si acompañamos a un grupo de alumnos. En Madrid, Londres o Washington, la cultura está mucho más al alcance del pueblo que en París.



La simpática empleada de la taquilla nos explicó que podíamos visitar el primer piso que estaría abierto hasta las 2 p.m., a esa hora abrirían el segundo y el tercer piso, pues los empleados del primero, subirían a cuidar las salas de esos pisos.



En el pasillo que da a la escalera se encuentra un bellísimo cuadro anónimo que representa a Eva en el Paraíso.



Después de visitar el primer piso, nos fuimos a almorzar a la cafetería del Corte Inglés. Regresamos a las 4 p.m. para recorrer el resto del museo.



La creación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando la promovió el rey Felipe V, pero no será hasta el reinado de su hijo Fernardo VI cuando se fundó par Real Decreto, en 1752.



Desde sus inicios estuvo ubicada en la Casa de la Panadería en la Plaza Mayor de Madrid y durante el reinado de Carlos III, en 1773, se trasladó al edificio que hoy ocupa, el palacio de don Juan de Goyeneche. Este palacio, construido en estilo barroco por José de Churriguera, sufrió una reforma con la llegada de la Academia y fue adecuado, por el arquitecto Diego de Villanueva, al nuevo gusto neoclásico.



La Real Academia, desde su fundación, ha venido desempeñando un importante papel en la protección, desarrollo de las artes y en la formación de los artistas.



Esta actividad educativa se mantuvo hasta mediados del siglo XX, momento en el que se creó la facultad de Bellas Artes.



La Academia cuenta con un importante Museo, reinaugurado en 1986, que cuenta con más de 1 400 pinturas, 600 esculturas y 15 000 dibujos, además de una excelente colección de Artes Decorativas.



La colección permanente incluye obras maestras del arte español, italiano y flamenco.



Goya fue miembro de ella desde el 1780; hogaño el Museo conserva 13 pinturas de su mano destacando los dos autorretratos, la Corrida de toros, los retratos de Moratín, Juan de Villanueva, la actriz La Tirana y la célebre escena de carnaval conocida como El Entierro de la Sardina.



Forman parte de la colección permanente del museo obras como el Agnus Dei y los Frailes Mercedarios de Zurbarán; una María Magdalena de Ribera, firmada en 1636; el único Arcimboldo conservado en España (que ilustra el cartel del museo).

También se pueden admirar la Riva degIi Schiavoni en Venecia, firmada por Leandro Bassano; el espléndido cuadro El Sueño del caballero de Pereda (para mí el más bello del museo); la escena del Antiguo Testamento de Susana y las Viejos de Rubens; la Marquesa de Llano de Mengs, el cuadro de Van Loo de Venus, Mercurio y Amor realizado en 1748.



El siglo XIX está representado por el arte español con la serie de retratos de Vicente López, el magnífico Retrato de Manuel Godoy, Príncipe de la Paz, de José de Madrazo o el Retrato de Isabel II de Federico de Madrazo. También se muestran otras tendencias como el romanticismo de Esquivel y otros géneros como los paisajes de Haes.



El siglo XX merece una especial atención ya que nos ofrece la obra de académicos actuales, permitiéndonos tener una visión del arte contemporáneo. Así se pueden seguir todas las tendencias artísticas del siglo con obras de Sorolla y Cecilio Plá, el regionalismo de Sotomayor, los retratos de Vázquez Díaz y paisajes de Benjamín Palencia, Lozano, etc... hasta llegar a las vanguardias actuales.



El museo ofrece también una colección importante de vaciados -como la Puerta del Paraíso de Ghiberti- y un conjunto de esculturas que permite ver la evolución escultórica española de este arte desde el siglo XVII hasta nuestros días, con ejemplos tan sobresalientes como el San Bruno de Manuel Pereira o La Dolorosa de Pedro de Mena; Retrato de Fernando VI y Retrato de doña Bárbara de Braganza, relieves de Gia Domenico Olivieri; el Retrato de Alfonso Clemente de Aróstegui de Felipe de
Castro; el Felipe V a caballo de Roberto Michel y el Felipe V a caballo de Manuel Francisco Álvarez de la Peña; el conjunto de la Degollación de los Inocentes realizado por José Ginés para Carlos IV; el Retrato de Antonio



Teixeira Lopes par Mariano Benlliure y Gil, Sensitiva de Miguel Blay; Cabeza de mujer de Picasso; Academia de Pablo Gargallo.



En las salas del Museo también se pueden contemplar obras adquiridas a través del Legado Guitarte, como la Vanitas Michel Bouillon realizada en 1 668, el Autorretrato de Francisco Bayeu; el magnífico Bodegón de limones de Juan de Zurbaràn, la Cabeza de Apolo atribuida a Thorwaldsen, el Pintor en su estudio de Magnasco, pintura cubista a través del Bodegón con frutero, botella y periódico de Juan Gris, parte del conjunto de grabados de Picasso de la Suite Vollard etc.



Algo muy curioso fue que en la puerta de cada sala hay un empleado para cuidar, que está leyendo. Al entrar en la sala, el empleado abandonaba el libro sobre la cómoda butaca y se ponía de pie para observarnos hasta que pasábamos a la sala siguiente y así sucesivamente. Aparte de los empleados, vimos sólo a unas veinte personas durante toda la visita en este importante museo.


Quizás en un día no lejano podamos volver a visitarlo contigo.




Un gran abrazo desde la Vieja y culta Europa,

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