A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

viernes, 27 de enero de 2012

ENTERATE

Vaticano trae a Cuba la más antigua pieza de arte cristiano indígena
El Museo Etnológico Misionero del Vaticano cedió durante un año a Cuba para su exposición el más antiguo ejemplo que se conozca de arte cristiano indígena de América, informó hoy la prensa.
El atril, que perteneció al capellán de Cristóbal Colón en su segundo viaje al Nuevo Mundo de 1493 a 1494, constituye un préstamo con carácter excepcional autorizado por el secretario de Estado de la Ciudad del Vaticano, Tarcisio Bertone.
La pieza, elaborada en madera tallada en forma de concha, estará expuesta en la sala transitoria del Museo de la Ciudad, en el Centro Histórico de La Habana desde el 5 de febrero, anunció el rotativo Granma.
El traslado del ejemplar se realizó después de una solicitud del historiador de La Habana, Eusebio Leal, al director de los Museos Vaticanos.
En la superficie del facistol fueron incrustadas -mediante pequeños pernos- finas tiras de hueso de pescado y de carapacho de carey en forma de abanico, los cuales están dispuestos con vistas a crear un efecto de claroscuro.
La base donde se apoya el misal tiene una amplia abertura, que posiblemente fue utilizada para fijar a un pedestal el facistol, que fue donado el 28 de diciembre de 1935 por el padre Ernest Baudouy de la orden de los Agustinianos de la Asunción en Roma al Museo.
La pieza se la había entregado el sacerdote Pierre-Baptiste (Jean Baptiste) Morel para que la donara al Sumo Pontífice.
En la ficha de inventario redactada en el momento de la donación se dice que el objeto perteneció a fray Bartolomé de Las Heras, quien fuera capellán de Colón en sus primeros viajes a América.
La obra permaneció en Cuba para evangelizar las tribus caribeñas y pasó de generación en generación por parte materna.
Llegó al donador de manos de su madre Anna Moulin y Sabon de Morel, nacida en Santiago de Cuba, quien la recibió de Federico de Mora, abogado general del Tribunal Supremo de la República de Cuba. Federico, a su vez, lo recibió de una pariente, descendiente por parte de Las Heras, que se quedó en Cuba.
El atril es el más antiguo ejemplo de arte cristiano indígena en el hemisferio occidental e ilustra el proceso de cambio bilateral que germinó gracias al contacto intercultural, expresó la fuente.
La concha en la iconografía cristiana se asocia a la resurrección y a la vida eterna, y para los indígenas tenía un elevado valor simbólico por su vinculación a los cultos al agua y a la fertilidad.

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