A MI MANERA. ISABEL PANTOJA

martes, 1 de julio de 2008

ARTESANIA


Artesanía cubana: una alternativa


Fara Armenteros




El trabajo artesanal del cubano en la actualidad puede decirse que tiene dos aspectos: uno es la expresión artística y el otro la confección de objetos de adornos y el uso cotidiano.

Este quehacer artesanal arranca con fuerza a finales de los años 70 cuando grupos de personas con habilidades manuales y talento artístico, utilizando materiales desechables para la industria, rescataron oficios que parecían perdidos.

Carpinteros, modistas, herreros, bordadoras, joyeros, talabarteros, tejedoras, alfareros y otros, confeccionaron piezas de mucha calidad y belleza que tuvieron oportunidad de exponer y vender los sábados en la Plaza de la Catedral.

El ingenio del cubano se puso en función de resolver sus propias necesidades, y muy pronto los Sábados de la Plaza se convirtieron en un mercado que se extendió a las calles que dan acceso a la Catedral y hasta la Plaza de Armas.

"Allí se vendía de todo, ropas, zapatos, joyas, adornos, pero lo bueno dura poco", dice un artesano que participó en la actividad. "Aquello se acabó y un buen día la policía amaneció deteniendo artesanos en sus casas, que luego fueron enjuiciados y sancionados a privación de libertad, acusados de actividad económica ilícita...
Todo les fue decomisado, es un riesgo que corre todo aquél que trata de levantar cabeza por su cuenta en este país", concluyó y no quiso dejar su nombre porque "no hace falta, ocurrió así, pregúntale a cualquiera".

No tengo que preguntar más. "Conozco de muy cerca lo sucedido", le contesté.
Actualmente el movimiento artesanal cubano es tolerado por las autoridades aunque con muchas restricciones.

Los artesanos artistas, como los artistas plásticos, pueden exponer y vender sus obras en las galerías de arte y tienen fuertes gravámenes sus piezas. El estado es el único autorizado para comercializar obras de arte y de artes aplicadas.

En las ferias donde participan los artesanos que fabrican y venden objetos de utilidad cotidiana, cacharros de cocina, ropas, adornos, calzados y hasta souvenirs para turistas los artesanos pagan un impuesto en divisas que les permite vender en moneda nacional y en dólares, Este gravamen oscila desde 26 hasta 159 dólares, según el producto que se confeccione.

Los que venden en la feria de la Habana Vieja necesitan una autorización de la Oficina del Historiador, que les emite un carnet y una credencial, ambos con su fotografía y que entrega la dirección de identificación de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) al precio de seis dólares cada una. Por el espacio donde se sitúan para vender pagan 60 pesos diariamente y no se admiten inscripciones de nuevos artesanos.

Las ferias cuentan con la aceptación de la población, que tiene la posibilidad de comprar en moneda nacional, artículos de calidad. "Aunque los precios son altos puedo comprar con el dinero del salario. Y los zapatos, por ejemplo, son mejores que los de la shopping", asegura una mujer que lleva en una jaba un par de zapatos que compró para su hijo de 7 años al precio de 210 pesos.
"Hace tres meses le compré un par de zapatos en la tienda, que me costaron 14 dólares (364 pesos al cambio) y a la segunda puesta regresamos a la casa con un zapato en la mano, se le despegó la suela completa", concluyó.

"El precio que ponemos a nuestras mercancías", señala un artesano que vende en la feria de la Virgen del Camino, en el municipio capitalino San Miguel del Padrón, "está en dependencia de los impuestos, el gasto en materiales, que por lo regular tenemos que adquirir en divisas... Todos los gastos de producción corren por nosotros... esta relativa independencia, tiene su precio.
No me quejo, y tratamos de mantener la calidad de los productos porque es la garantía de nuestra permanencia... Cuando el gobierno lo entienda, elimina esta actividad económica alternativa, como ha sucedido mas de una vez".

En la capital cubana funcionan ferias de artesanía en varios municipios. Los más nombrados son los de la Habana Vieja, frente al Seminario San Carlos, en el malecón Habanero y en La Rampa, también los de La Palma y la de la Virgen del Camino.

2 comentarios:

Jose m dijo...

La artesania cubana es de muy buena calidad el detalle en su maxima expresion es una belleza, le ponen corazon a lo que hacen en cada pieza.

Jose m dijo...

La artesania cubana es de muy buena calidad el detalle en su maxima expresion es una belleza, le ponen corazon a lo que hacen en cada pieza.